Algunas autoras actuales consideran que López de Morla fue la primera autora en iniciar los primeros debates en torno al feminismo en Andalucía.

Margarita López de Morla y Virués nació el 3 de julio de 1788, en Jerez de la Frontera, más concretamente, en la Plaza de Rivero. Su familia pertenecía a la alta burguesía jerezana, y siguiendo la tradición de la época, Margarita fue enviada, muy pequeña, a Inglaterra, donde su posición económica le permitió tener una educación destacable entre las mujeres de la época. 

Después de su estancia por Inglaterra, y siguiendo los pasos de muchas otras chicas de la alta burguesía, López de Morla se trasladó a París. Allí, se relacionó con los entornos literarios del momento, manteniendo una larga amistad con la escritora Madame de Staël, la cual también regentaba un salón de tertulias. Tal fue la admiración que Margarita sintió por la baronesa de Staël, que imitaba su estilo, hasta el punto de ser confundida con ella.

De vuelta a casa

Tras su estancia por Europa, la andaluza regresa a Jerez con la cabeza llena de ideas para poner en práctica en su tierra natal. Pero, cuando llega a su ciudad, descubre que su familia tiene otros planes para ella, habiendo concertado el matrimonio con su primo Álvaro Virués de Segovia y Figueroa. Y el 21 de febrero de 1807, con diecinueve años, Margarita pasa por el altar, tiene tres hijos, Francisco Javier, Diego y Joaquín, pero las desavenencias y la mala afinidad de la pareja hacen que el matrimonio decida separarse. 

Así pues, López de Morla empaca sus cosas y se marcha a vivir a Cádiz, a la casa de su hermano Diego, donde ambos abrirán sus puertas a las discusiones políticas y literarias del momento, creando uno de los salones tertulianos más afamados de Cádiz. En él, las ideas antimonárquicas y emancipatorias recorrerán las habitaciones. El salón estuvo situado en la calle Santa Inés nº30 y allí se reunían los más importantes hombres (porque todos fueron hombres) de la estela liberal: Quintana, Saavedra o Antonio Alcalá Galiano, compitiendo con el salón regentado por Frasquita Larrea, de carácter conservador y monárquico. 

Ya en 1811, Margarita regresa a Jerez, a la vida conyugal, para dedicarse a la actividad doméstica. Aquí, la actividad política y tertuliana de la joven se reduce, hasta que, en 1822, el matrimonio decide separarse nueva y definitivamente.

La tertulia

Aquí comienza una nueva etapa en la vida de Margarita, retomando las relaciones con escritores y pensadores de la época. Tras su separación y junto a sus hijos, se trasladan a París, donde López de Morla volvió a reencontrarse con Madame de Staël. También se cree que en esta época, nuestra protagonista conoció a Joaquín Abreu, socialista utópico exiliado en Marsella y seguidor de las ideas de Charles Fourier.

A su regreso a Jerez, Margarita empieza a interesarse por estas novedosas ideas revolucionarias: la idea de cooperativismo y de creación de comunidades igualitarias. En 1837, un primer grupo de revolucionarios se empieza a formar en Cádiz. Sus reuniones giran en torno a las propuestas de Fourier sobre la creación de comunidades cooperativistas, así como a la propagación de esta nueva ideología que habla de emancipación de la clase trabajadora y que está arrasando Europa: el socialismo.

Entre ese grupo formado solo por hombres, se encontraba la andaluza, discutiendo y aportando a la construcción de un nuevo paradigma. Y es que, el socialismo utópico, sobre todo el de tintes fouristas, también proponía la igualdad entre hombres y mujeres, así como su liberación e independencia. En una sociedad que seguía repitiendo como un mantra la inferioridad física e intelectual de las mujeres, esta propuesta supuso un antes y un después. El socialismo utópico contó con muchas mujeres en sus inicios, como el caso de Flora Tristán, pues por primera vez se hacía referencia a la situación de las mujeres, no como algo biológico o genético, sino como una construcción social. Algo básico para la lucha por la liberación de cualquier colectivo oprimido.

Feminismo andaluz

En 1841, se traduce al castellano la obra del autor polaco Czinski,  El porvenir de las mujeres, donde aparece el prólogo “una palabra a las españolas…”, atribuido a Margarita. Algunas autoras actuales consideran que este prólogo inicia los debates en torno al feminismo en Andalucía, considerando, por consiguiente, a López de Morla la primera autora feminista, quien no solo expone la necesidad de emancipación de las mujeres, sino también las injerencias sociales para que esta no se produzca. 

Por desgracia, en 1845, Margarita comienza a padecer una grave enfermedad mental, la cual la acompañaría hasta el fin de sus días. En 1849, su hijo Francisco Javier la internó en el Hospital del Nuncio, en Toledo, un sanatorio mental donde Margarita moriría al poco tiempo, entre 1850 y 1853.

Así, Margarita López de Morla dejaba un legado socialista que traspasaría a nuevas mujeres, como Josefa Zapata y Margarita López de Morla, y el grupo de utópicas de Cádiz, quienes comenzarían una nueva etapa de producción literaria y lucha por la emancipación de las mujeres trabajadoras como nunca antes se había vivido.