El 10 de agosto de 1936 fue un día negro para el pueblo sevillano de San Juan de Aznalfarache. Las tropas franquistas, que ya habían tomado la capital, asolaban los alrededores, llevándose a quienes fuesen sospechosos de militar o apoyar al bando republicano. Entre ellas, las nueve aceituneras.
Ellas eran Rosario, Victoria, Josefa, Leonisa, Gabina, Francisca, María, Josefa Tierno y Guadalupe, vecinas de San Juan de Aznalfarache, mujeres de barrios humildes con las manos encalladas de recoger aceitunas. Los falangistas entraron en sus casas obligándolas a subir al camión que las conduciría a la prisión. Habían participado en el movimiento vecinal y era afiliadas a UGT, pecado para quienes buscaban la vuelta de la moral tradicional, donde las mujeres tenían un espacio claro asignado en los límites de los hogares.
Las nueve prisioneras fueron conducidas al Cavo Carvoeiro, un barco vapor construido en Newcastle, de 80 metros de eslora y con capacidad para transportar 3.000 toneladas. El vapor, cedido por la familia Ybarra al ejército de Queipo de Llano, fue, para muchas personas, un paso previo a la tapia del cementerio de San Fernando. Sus bodegas fueron convertidas en una improvisada cárcel marítima, albergando una media 500 prisioneros.
Nuestras jornaleras pasaron allí 75 días, sin saber cuál sería su suerte. Pocos testimonios quedan ya para poder conocer los hechos que ocurrieron dentro de las bodegas del Carvoeiro. Las fatigas, el hambre, los dolores del cuerpo y el alma que pasarían los presos y presas que inundaron sus galerías.
Lo poquito que se sabe
De Josefa, con 28 años, cuentan familiares que fue mutilada antes de morir y que también las violaron. Leonisa solo tenía con 19 años. Gabina y Francisca eran hermanas, y qué dolor tan grande tiene que suponer verse en ese destino junto con alguien tan querido. A Guadalupe Sánchez la fusilaron junto a su marido. Su hijo Manuel, que por aquel entonces tenía 10 años, les llevaba la comida cada día, hasta que un soldado le dio la noticia del fusilamiento de ambos. A la madre de María no le dejaron ningún hijo vivo, pues junto a ella, se llevaron a dos hermanos más, y otro más también fue asesinado posteriormente.
El 24 de octubre del 36, las aceituneras de San Juan de Aznalfarache fueron conducidas al Cementerio de San Fernando, Sevilla. Allí, en una de las siete fosas comunes que hay, y junto a 4.500 personas más, siguen aguardando sus cuerpos hasta el día en el que por fin encuentren la reparación necesaria.
El escarmiento
Junto a estas mujeres había más vecinos y vecinas de San Juan de Aznalfarache. El resto de las mujeres que fueron asesinadas aquel 24 de octubre eran Serafina Vela Vela, Leonisa Gallardo y Carmen Bermúdez Pavón. No se les conoce afiliación ni militancia, pero sí tenían familiares con implicación política.
Las mujeres no solo sufrieron el escarmiento por defender un ideal. Muchas veces fueron perseguidas, mutiladas, humilladas o asesinadas por ser familiares de hombres señalados.
Durante la represión franquista, las mujeres no solo sufrieron el escarmiento por defender un ideal o por militar en organizaciones de izquierdas. Muchas veces fueron perseguidas, mutiladas, humilladas o asesinadas por ser familiares de hombres señalados. A través de ellas, de sus cuerpos, el fascismo vio una forma también de venganza y escarmiento para aquellos que habían desafiado la “moral cristiana”. Si no podían torturarlos y matarlos a ellos, lo harían con las mujeres que quedaban en los pueblos, aunque estas fueran absolutamente inocentes de cualquier delito.
El 24 de octubre de 2017, la localidad de San Juan de Aznalfarache, con el impulso de la Asociación Memorísitica, se rindió homenaje a las quince personas fusiladas 81 años atrás, entre ellas las nueve aceituneras, colocando un monolito en memoria, y cambiándole el nombre a la avenida Cardenal Segura por el del “Paseo de las nueve aceituneras”. Dos días después, dicho monolito amaneció completamente destrozado. Un acto que aun nos recuerda la necesidad de la Memoria Histórica y de la construcción de un pasado que dignifique las vidas de quienes dieron tanto, teniendo tan poco.
Referencias
- Serrano, M. 2017. Las nueve aceituneras asesinadas en la Sevilla de Queipo de Llano.
- Baquero, J.M. 2014. Cabo Corvoeiro, el barco de la muerte de la Sevilla franquista.
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