“Atención, este no es un espacio seguro” para cuerpos gordos
“Atención, este no es un espacio seguro” para cuerpos gordos

Ruth de Frutos

4 julio 2023

Kenia, Nena y Victoria presentan Tripas Revueltas,
su primer fanzine de lucha antigordofóbica
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Es casi la hora de empezar y aún sigue entrando gente. Kenia Martínez (A Coruña, 1993), Nena Valiente (Ciudad Bolívar, Venezuela, 1983) y Victoria Varela (Florida, Uruguay, 1985), o lo que es lo mismo, el comando antigordofóbico de Las Tripas Revueltas, se sientan en la esquina de la librería crítica Suburbia, en la barriada malagueña de Lagunillas, mientras las asistentes más rezagadas se sientan cerca del mostrador. No serán las últimas. La librería asociativa se llena para hablar de cuerpos, luchas y rebeldía. 

Resguardadas entre libros de ecología, feminismos y teoría política, las tres activistas tienen un nudo en la garganta. Es la primera vez que hacen la presentación de un fanzine que se fraguó al calor de las redes sociales y que esputa lucha antigordofóbica. En la sala, personas que se interpretan como cuerpos delgados se sorprenden al entender que estar allí ya es un acto de militancia. 

“Poner el cuerpo”. Eso es lo que tienen que atravesar para hablar de Tripas Revueltas, su primer fanzine.

“Poner el cuerpo”. Eso es lo que tienen que atravesar para hablar de Tripas Revueltas, su primer fanzine. Esa frase tan utilizada en los activismos representa en sí una opresión para ellas y para muchas más compañeras gordas. Cada una lo vive de una manera, pero este comando –que no colectiva, como repiten en varias ocasiones–, ha decidido hacerlo para mostrar un fanzine que comienza citando a otro, Esférica, de Carmen Godino.

“Un puñado de personas empezaron a señalarla, atreviéndose a dar consejos a su madre, quien con toda probabilidad sentía sobre sus hombros la culpa de no hacer las cosas mejor”.

Durante la presentación de Tripas revueltas explicásteis la importancia de las redes sociales para el movimiento antigordofóbico. ¿Qué papel tuvo Instagram en vuestra historia?

Victoria- Nena y yo nos conocimos en el contexto de Málaga centro, en la hostelería. Conectamos ideológicamente en 2010, pensamos en hacer cosas y un montón de proyectos. En 2022… ¿cuándo fue que yo conecté contigo, Kenia?

Kenia- En 2022.

Victoria- Ya habíamos sacado Las Tripas por Facebook, pero no estaba muy bien concretada. Vi el trabajo de Kenia en Instagram y le pedí una ilustración. Después hablé con Nena e invitamos a Kenia, que tiene ilustraciones tan chulas de cuerpos gordos, a plasmar juntas lo que tanto habíamos macerado, en un fanzine… Surgió de una manera muy orgánica y ahora no nos quedamos solo con el contenido en Instagram, sino que bailamos, teorizamos, seguimos otros formatos y asambleamos frecuentemente… 

En los feminismos hablamos mucho de espacios seguros. ¿Generar estas sinergias a través de redes se puede considerar uno?

Victoria– Las redes sociales son de utilidad, por ejemplo, tenemos un espacio de movimiento que sin la herramienta de Instagram no habría llegado a nada. Nosotras somos un comando de tres, no una comunidad y para acercarnos a una comunidad, que existe mucho antes de Las Tripas y, para crear contenidos y la gente se acerque, usamos redes y un grupo de apoyo mutuo por WhatsApp.

Nena- En la utopía del espacio seguro no nos terminamos de poner de acuerdo entre nosotras. En la presentación de Sevilla, vimos un cartel que decía “Atención, este no es un espacio seguro” y pensamos “te lo dije”. 

La idea del espacio seguro es utópica. (…) Nosotras hemos tenido muchísimas iniciativas que demuestran que la red funciona mejor en un espacio real.

La idea del espacio seguro es utópica. En este momento de las Tripas, pienso que a lo más a lo que puedo aspirar es a hacer todo lo posible para que sea un espacio seguro. Nosotras hemos tenido muchísimas iniciativas que demuestran que la red funciona mejor en un espacio real.

Se nos hace difícil salir al espacio público en grupos de personas gordas. Solamente el salir hace que algunas compañeras sientan que cinco gordas juntas llaman mucho la atención y están expuestas a todo.

Entonces, ¿cómo camináis hacia esa utopía?

Nena- ¿Cómo lo estamos tratando de hacer? Con comunidades y redes de espacios seguros a través de la confianza, de amistades gordas, de un vínculo que vayan más allá de la teoría. Existe un grupo de WhatsApp creado entre varias compañeras. Es un gordigrupo de apoyo donde hablamos personas de diferentes partes del mundo. Cada una vive en un lugar y no tenemos la facilitad de vernos 20 gordas en la plaza de la Merced.

Victoria- Es todo muy relativo. ¿Qué es seguro para cada persona? Es muy fácil entre nosotras tres, porque estamos trabajando en la misma forma de opresión y entonces sabemos cuáles son las nuestras teclas rotas coincidentes. Teorizar los espacios seguros es muy fácil, pero generarlos no tanto porque una no puede adivinar. Estar con gente en el mismo lugar sin ser violentada vuelve a depender de qué es violento. No hay una estandarización. De repente, lo que es seguro para una persona, no lo es para mí.

Kenia- Yo, por ejemplo, cuando empecé a dibujar a mujeres normativas nunca encontraba referencias de mujeres gordas haciendo vida normal. No encontraba y yo necesitaba hacer algo con esto, porque me afecta directamente. Justo me escribió Vic y fue el empujón que necesitaba. El detonante y, desde aquí, quise comunicar. Quise utilizar esta rabia para poder transmitir con las ilustraciones y ocupar esa representación que nos merecemos. Fue muy importante tener el soporte, como dice Vic y Nena. Para mí, el soporte de Galicia, mi espacio seguro son las personas y la gente con la que hago vida.

En el fanzine firmáis un texto llamado La cuna, en el que se habla del descanso y el refugio donde el proceso de auto-aceptación comienza y en vuestras presentaciones siempre habláis de cómo la familia puede ser ese soporte o un mecanismo de opresión. 

Kenia- Sí, en tu familia todo el rato, desde que eres muy pequeña, te están planteando ponerte a dieta; que haya un cumple y que no puedas comer lo mismo por todos tus amigues; que llegue tu hora de comer y te pongan en la mesa una lechuga y ya… Se te coarta tu movimiento, las propias señales de tu cuerpo. Al final es la base de todo lo demás.

Hasta hace tres años, no podía comerme un tomate de la repulsión. Solo de pensar la cantidad de dietas y ahora es “wow”, me lo estoy comiendo porque me da la gana. Debemos cuidar muchísimo a las infancias.

Victoria- Son temas muy personales. Cada persona lo organiza como quiere o puede. Yo, por ejemplo, después de varios años militando la gordofobia me he dado cuenta de que estoy muy reactiva con mi madre. Ya entendió que desde la gordofobia nada. Que tenga actitudes con mi hija que tenía conmigo es un límite, tipo “Señora, red flag”. Tener la seguridad de que por mucho que quieras y admires a una persona está equivocada. 

Frecuentemente, cortar con las relaciones sanguíneas que haya que cortar es una solución. Esto es algo que hemos tenido que asumir no solo por gordofobia, sino también por otros motivos. Cada una que vaya generando su espacio seguro con su familia de destino, con relaciones que entienden lo que te oprime…

Nena- Que tengan ganas de escuchar. Si no te entiendo, ¿cómo te respeto? No, con respecto activo. Necesitamos un espacio mixto, que ejerza un respeto activo para cómo te entiendes tú dentro de tus opresiones.

Más allá de escuchar, hay que tener la intención de aprender. Necesitamos rodearnos de personas que quieran deconstruir todo esto.

Kenia- Más allá de escuchar, hay que tener la intención de aprender. Necesitamos rodearnos de personas que quieran deconstruir todo esto. En mi caso, con el “side eye” en mi blanquitud todo el rato. Aprender a deconstruir y estar dispuesta a escuchar, que es lo primero para tener un espacio seguro, rodearnos de personas que están dispuestas a cargar contra todo lo que te hicieron creer.

Uno de los melones que se abrió en la presentación de Málaga tenía que ver con cómo deconstruir la opresión basada en la cultura del body positive.

Victoria- No lo deconstruimos porque es el mero capitalismo. Para el body positive todo se resuelve con actitud positiva, con amor propio. No hace referencia a la parte social, ningún reajuste de ideas. No tienes que pensar en intersecciones. Es algo muy comerciable. Que cada persona haga clic a nivel individual no es suficiente

La gordofobia Interiorizada se genera desde fuera, y decir que es cuestión de quererse a una misma, vuelve a direccionar la responsabilidad y la frustración en la persona gorda. Es la fusta porque siempre te vuelve a culpar. “El problema no es tu cuerpo, es tu diálogo interno”, ejem, ejem. Está volviendo a culpar a la persona quedándose en un discurso muy superficial, que puede venirles bien a algunas, como también le va bien a gente ir a misa, pero que a la persona cuando no llegue a conseguirlo, le va a generar consecuencias.

También el propio discurso salutista tiene consecuencias para los cuerpos gordos…

Nena- Tiene el mismo problema –que el body positive–, está muy relacionado. Mismo problema y misma solución. ¿Cuál es el problema del discurso? Que todo el mundo tenga acceso a alimentos de alta calidad nutritiva es un mundo de fantasía. Eso significa que puedes comprarlos, que posees una red médica en la que tu salud está en el centro, el tema del azúcar… Muchos temas que se van entremezclando y que, evidentemente, no tenemos la solución, pero sí tenemos claro que, independientemente de cómo está mi salud, se debe tener un respeto y unos derechos garantizados.

Victoria- Darle visibilidad a nutricionistas gordas es muy interesante, puesto que la discriminación está muy institucionalizada. ¿Cómo vas a ser nutricionista si eres gorda? Hola, tu gordofobia. El discurso de las compas nutris nos viene a ayudar en un principio, porque  cuando la gente te dice (que te lo dice y mucho) después de un comentario gordófobo “te lo digo por tu salud”, podemos responder con muchísimos argumentos que tenemos gracias a lo que las nutris estudian, que aseguran que no se puede saber el estado de salud sólo por el aspecto de una persona, que mi salud está configurada por mi entorno, mi situación personal… y por último, por mi estado físico y el peso. En un momento dado, puede ser interesante para frenar estos ataques salutistas.

Ahora bien, se ha generado un boom en el negocio de la nutrición. Muchas profesionales se han agarrado a la teta de la antigordofobia para vender. Se ha dado excesiva visibilidad a quienes más privilegios tienen: títulos y delgadez. Sí, delgadez.

Nadie tiene que justificar su estado de salud para que no la agredan.

Lamentablemente se escucha y difunde mucho más el contenido antigordofóbico de personas delgadas, que el nuestro propio. Tener títulos y entrar en la norma siguen colocando a las personas en situación de privilegio a la hora de ser escuchadas. Y es que no deberíamos seguir necesitando tanto argumentario.  Era lo que decía la Nena: nadie tiene que justificar su estado de salud para que no la agredan. En un momento fue importante, pero no tiene que estar en el centro. 

Precisamente contáis con Arantza Muñoz, nutricionista vegetariana especializada en TCA el fanzine, pero también con Bruno Cimiato con un poema llamado La herida del rechazo (a tres tiempos) e incluso… ¿cómo se tejió esa red?

Nena- Esta gente maravillosa existe y, es verdad, la más social es Victoria. 

Victoria- La más odiable también, jaja.

Nena- Victoria ha sido el eslabón de unión entre todas. Son personas que ya son referentes y simplemente tocamos la puerta y nos dejaron entrar.

Victoria-. Nos parecía que tenía todo el sentido. Era una cosa muy orgánica. Cuando leí el poema nos pareció… ¿Y si le preguntamos por esto? No es una persona que se interprete gorda, pero habla de cómo diferentes opresiones y cómo se sienten en el cuerpo porque, al fin y al cabo, son una opresión estética y te vas dando cuenta de las alianzasNena- Es verdad que todo el fanzine ha sido algo que ha crecido orgánica y espontáneamente y también ha sido un material muy pensado. Cada una de las personas ha pensado mucho. Para ese momento, es un reflejo fiel de lo que sentíamos.

Tripas

Las Tripas Revueltas rugen en redes sociales y vibran a través del movimiento que tantas veces se ha estigmatizado en los cuerpos gordos. Nena, Victoria y Kenia ya están pensando en un segundo número del fanzine. Mientras llega, desde La Poderío os recomendamos leer el primero y seguirlas en redes para aprender escuchando y caminar hacia la utopía de los espacios realmente sanos para todas las tallas.

Ruth de Frutos

Ruth de Frutos

Periodista e investigadora. Enredo sobre derechos humanos en La Poderío. I Premio de Periodismo Social "Alberto Almansa" en la categoría de periodismo ciudadano por el artículo "Málaga no se vende, se alquila al mejor postor" y finalista del IX Premio Internacional Colombine por "Alicia, Carmen y Pilar en la ciudad de las maravillas (para ellos)", escrito con mi comadre Laura Rueda.

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