Hablar de José Manuel García Caparrós en Andalucía es ponerle cuerpo, y alma, al 4 de diciembre de 1977. Su nombre sigue vivo gracias a sus hermanas Purificación, Dolores y Francisca, que después de 45 años de su asesinato siguen reivindicando verdad, justicia y reparación.
4 de diciembre de 1977. Las calles en Andalucía se vestían de la blanquiverde. Las andaluzas pedían tener autonomía, tomar decisiones propias que la territorialidad les atravesaba. “Fuimos a la calle a pedir las autonomías, como ya la tenía Barcelona y la tenía País Vasco. Era un día de fiesta. Mi madre levantó a mi hermano para decirle que se fuera a la manifestación y se fue con los amigos”, recuerda Purificación García Caparrós.
La alegría de la reivindicación se convirtió en la pena del odio. En Málaga, 23 disparos irrumpieron la fiesta del pueblo y José Manuel García Caparrós cayó al suelo. “Yo trabajaba en una confitería y se tuvo que cerrar las puertas porque había mucho follón de repente. La gente corriendo y la policía pegaba tiros. Muchas cosas pasaron allí. Cogí el autobús sobre las dos, las dos y media, cuando en el autobús una señora estaba diciendo que habían matado a un chaval. Lo que no podía imaginar es que ese chaval de 18 años era mi hermano”, relata Francisca García Caparrós.
El cuerpo de José Manuel fue abandonado en la puerta del hospital por un coche. Su familia se enteró de lo sucedido horas más tarde, sobre las cinco de la tarde. Le contaron que había sido un accidente de tráfico. El padre tuvo que pelear para destapar el cuerpo antes de enterrarlo y fue cuando vio que no había magulladuras, sino el agujero de una bala que le atravesaba el cuerpo. Su madre murió de pena sin saber quién había matado a su hijo. Hoy día, tampoco se le ha puesto nombre y apellidos.
Queremos saber
10 años después del asesinato de Caparrós, sus hermanas, que en ese momento dos de las tres eran menores de edad, canalizaron la rabia en construir la memoria. “Tenía 13 años cuando asesinaron a mi hermano. Era una niña. Una niña que se quedó sin madre y padre como consecuencia de la pena de perder un hijo. Yo veía como, año tras año, cuando llegaba el 4 de diciembre, no se hablaba de mi hermano y eso me ponía mala. Así que nos reunimos las hermanas y decidimos que no se perdiera el nombre de mi hermano. Queremos saber qué es lo que pasó, tenemos derecho su familia y toda Andalucía que salío el 4 de diciembre a saber qué pasó ese día. Saber por qué se manchó con sangre el día de Andalucía, porque debería ser el 4 de diciembre el día de Andalucía, que fue el día del pueblo y no de las urnas”, señala Dolores García Caparrós.
Las hermanas García Caparrós visten de oscuro. El luto y el duelo forma parte de sus vidas casi 45 años después de ese asesinato. Nunca han recibido ayuda psicológica y pocas veces se han acercado a ellas para preguntarles un simple “cómo estás”, si detrás no hay una intención clara de hablar de su hermano. Ellas son la verdadera historia y la memoria viva de un 4 de diciembre que dio a Andalucía su autonomía plena. “Mi hermano dio la vida un 4 de diciembre por Andalucía, de una forma u otra. Nunca sabremos si su muerte fue causa y consecuencia de una autonomía”.
Del 4D al 28F
Hoy, muchas calles y plazas de Andalucía llevan el nombre de José Manuel García Caparrós. Sus hermanas han luchado por su memoria y también pelean para que aparezca en los libros de texto de los centros escolares. Se han reunido con representantes del gobierno andaluz, nacional, de un signo y de otro. Han ido hasta Bruselas al Parlamento Europeo para pedir que se revele la verdad, pero nada de eso les ha devuelto la paz y el sosiego de poder saber qué pasó verdaderamente. “El Gobierno de hoy sigue ocultándonos qué pasó realmente. El sumario es secreto de Estado. Ni lo de Kennedy ha sido para tanto. ¿Por qué? ¿Qué quieren ocultar?”, recalca Purificación.
A esta reflexión, Dolores añade: “A ningún gobierno le ha interesado investigarlo. Hay mucha gente involucrada en este asesinato. Sí, tiene muchos reconocimientos, ¿pero por qué no se investiga? Es hijo predilecto de Málaga, de Andalucía. Yo estoy muy orgullosa de todos los reconocimientos y de que nos llamen los políticos para darnos apoyo, de todos los partidos, pero lo que nosotras pedimos es que de una vez se sepa la verdad”. Para Purificación, Dolores y Francisca García Caparrós es imposible poner fin a este duelo mientras no se sepa la verdad.
“No hay 28 de febrero sin 4 de diciembre”, concluye Francisca. “Nos sentimos tristes, y ya no sé si tener esperanza, pero lo que sí sabemos es que el nombre de mi hermano no se va a olvidar”.
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