Entrevista a la cantautora María Ruiz, integrante del colectivo Arte Muhé.
Este pasado noviembre mi compañera Laura de La Poderío me dijo que venía a Granada María Ruiz, cantautora e integrante del colectivo de mujeres artistas Arte Muhé. Quedé con ella y nos fuimos a la Plaza la Mariana a desayunar. Llegó con una enorme bolsa de medicamentos para intentar que su voz sonara más o menos bien aquella noche, llevaba días con la garganta machacá. Y lo consiguió. Granada cantó con ella entusiasmada todos sus temas. Os dejamos aquí parte de lo que dio de sí ese café con churros.
María Ruiz sale de su tierra “un sitio muy pequeñito de la vega baja, en la frontera entre Murcia y Alicante, tradicional, conservador en cierto modo” porque “tenía una inquietud por aprender que no saciaba quedándome allí”. Llega a Madrid con una historia musical a su espalda, la de su banda Calle Tijuana. “Con 18 o 19 años empecé con la banda a tocar en mi pueblo y luego nos movíamos por la zona de Alicante, Murcia”. De aquel tiempo recupera, a modo de guiño a su gente y al proyecto “Agua de Saber”, canción que incorpora a su disco Metamorfosis. El proyecto Tijuana dura como cinco o seis años. “Fue para mí como desvirgarme. Me sirvió para perder el miedo al escenario y al público que me daba un miedo atroz, me temblaba la voz, incluso con la gente que conocía”.
Con esa experiencia pone los pies en Madrid con 28 años. “Quería aprender y juntarme con gente que hiciera lo mismo que yo porque tenía mucha carencia de eso”. Empieza a relacionarse con gente en los Micros Abiertos de la capital y toca mucho en la calle. “Cuando llegué a Madrid tuve la suerte de toparme con una gente que yo siempre digo que fue como mi primera familia en Madrid, eran cantautoras”. Entre ellas, Adriana Moragues y Manu Míguez, que luego serían los productores de su primer disco, o las cantautoras andaluzas Ali González y María Gutiérrez.
Metamorfosis
Metamorfosis, su primer disco, es un “homenaje dedicado a las mujeres de mi vida, la pasada y la presente” que nace en 2017 y es autogestionado.
Sí. Yo lo que quería era sentirme cómoda, segura y a gusto con la gente con la que estuviese currando. Y la verdad es que me lo pusieron superfácil. Estuvimos un año currando en las canciones, porque yo las tenía desnudas, entre comillas. Estaban a guitarra y voz y bueno, ellos (Adriana Moragues y Manu Míguez) son dos musicazos. Creo que supieron entender el concepto que yo buscaba. Yo luego me iba a hacer una gira y no quería que la gente escuchara una cosa y luego se encontrara con otra totalmente distinta.
Evidentemente un disco lleva arreglos y demás, pero yo no quería que fuese una superproducción. Quería que fuesen sonidos muy orgánicos. Entonces creo que fue muy bonico trabajar con ellos porque entendieron ese concepto y lo trataron con mucho cariño y mucho cuidado y al final acabó siendo lo que es, la recopilación de muchas canciones que están escritas en un periodo de 6 y 7 años.»
Aun recorriendo ciudades como fin a su gira de Metamorfosis, María está ya metida de lleno en su nuevo proyecto que espera poder presentarlo en la primavera del 2020. Le preguntamos si tiene ya título.
Todavía no. Tengo varias ideas aunque seguramente se va a llamar El Vuelo. Aunque no es una continuación de “Metamorfosis” sí está muy relacionado en el concepto. Metamorfosis ha sido como el cierre de un ciclo en el que en mi vida han pasado muchas cosa. Es como hablar de un cambio de piel, de una transformación en todos los sentidos, a nivel personal y emocional. Y digamos que este nuevo disco tiene mucha más carga social, es más protestón y sobre todo es más un disco hacia afuera que hacia adentro.
De su nueva producción tiene ya los temas y ahora está en lo que es la planificación de todo el proceso. Su idea es llevarse todo el material de grabación a un lugar en medio de una montaña y encerrarse allí con su gente 9 o 10 días para grabar el proyecto. Como su primer álbum, éste también se va a coproducir.
Me repele toda la parafernalia que hay en torno a la industria en general y de las discográficas y toda esa historia. Que me llamen loca, pero me da mucha pereza. Y no porque sea un mundo muy masculino, sino también porque en un proceso que es tan mío, necesito sentirme segura y a gusto con las personas con las que trabajo. Entonces no veía el momento con quien producirlo. Una tarde hablando con Mare me dijo: pues es que estando rodeá con la gente que tienes puedes hacer algo bonito. Y entonces pensé en hacer un disco coproducido, con un equipo que me ayudase en todo el proceso de vestir las canciones.
Y así lo ha hecho, eligiendo a la gente que admira como profesionales y a las que quiere, algo muy importante para ti. En esta aventura contarás con las cantautoras La Mare, Eva Sierra, Road Ramos, la percusionista Piltra y la guitarrista Nur Bonet porque, como bien dices, lo que quieres es formar un grupo con las que sabes vas a hacer un buen equipo a la hora de vestir sus canciones y que además entienden lo que quiere y lo que no.
No quiero una superproducción. Sigo queriendo sonidos orgánicos que a la gente le dé gustico escucharlos y que luego yo pueda defender. Cuando vimos que esta idea era factible, me quite ese peso y dije, “vale, maravilloso, este va a ser mi próximo disco. Va a ser una producción con mis colegas”.
Y una vez en este punto surge el tema económico. Algo sin duda importante. Para ello, María, vas a sacar un crowfunding.
Yo con este proyecto quiero dignificar todo el curro que hay alrededor. Voy a sacar un crowfunding porque no quiero trabajar con mis colegas para abaratar mi proyecto, sino precisamente para dignificar su trabajo. Quiero sentarme con ellas y desglosar cuánto vale todo esto. Y eso es lo que vamos a pedir. Si sale bien y si no sale pues ya veremos cómo lo hacemos. Muchas veces los entornos autogestionados se convierten en entornos de autoexplotación. Entonces la idea también es esa, aprovechar que sea un proceso donde poder currar con mis colegas de forma digna. Y no sólo de las que van a ser parte del proceso de producción, también de quien me va a acompañar en toda la parte de fotografía, yo ahora mismo curro con Clau, que me lleva las sesiones de fotografía, que yo soy horrible para eso. Irene que viene de audiovisuales, que ha hecho el audiovisual de La Mare “Que Duela”, es la que va a planificar todo el proceso del crowfunding, porque yo no tengo ni idea.
Al final estoy muy contenta porque hemos formado un equipo de personas con las que sé que nos vamos a cuidar mucho. Me parece super importante poner los cuidados en estos procesos de trabajo que son largos y complejos, es un privilegio poder hacerlo. Tendría cuarenta mil fórmulas a las que poder acudir a lo mejor más fáciles, saco un proyecto le pago a un tipo y saco un disco y no tengo que hacer nada, pero estaría totalmente despersonalizado.
Arte Muhé
Hablamos del colectivo de mujeres artistas Arte Muhé, del que forma parte María. Nos cuenta que este colectivo de mujeres tiene una doble intención, la de servir de referente y por otro lado hacer pedagogía feminista a través de las artes escénicas. Nace de forma espontánea, de las ganas de exponerse de forma colectiva y sobre todo de visibilizar a las mujeres en la canción, la poesía, las artes plásticas, el circo, el teatro… “Yo no tengo referentes mujeres. No las tuve pero no porque no las hubiera, sino porque no tuve acceso a ellas o no tenían tanta visibilidad, y por supuesto no existían la redes que tenemos ahora para acceder a un montón de artistas”, reconoce María.
Arte Muhé nace en Madrid en marzo de 2017, con la primera huelga feminista que se hace en España.
Yo estaba comiendo un día en un vegano en la Latina con La Mare y Eva Sierra y como que empiezas a ver que hay una red de movimientos, de colectivos de mujeres que están moviéndose y que están haciendo un montón de cosas y nosotras, que las tres como que tenemos mucha complicidad a la hora de trabajar y de expresar y de hacer música, pues dijimos, “¡coño! por qué no preparamos algo a nivel escénico que no sólo recoja música, también que recoja más disciplinas”. O sea, que Arte Muhé en principio era un evento, el nombre de un concierto en el que quisimos que participasen muchas mujeres desde distintas disciplinas. En aquel momento tiramos de la gente que conocíamos. Bueno pues vamos a pensar, nos dijimos. Éramos ya tres, tres cantautoras. Mare: “pues yo conozco una poeta en Granada que se llama Cristina Indira”. ¡Ah, pues vamos a darle un toque!. Pues yo conozco a Noelia Morgana que es una poeta de Sevilla. Pues yo conozco unas niñas de circo y de teatro de Barcelona…».
Y así fueron sumando mujeres y a todas las que se lo propusieron dijeron que sí. Hicieron una quedada en el centro de Madrid, en Marqués de Vadillo, y una tras otra fueron llegando, muchas de ellas sin saber quién era la una o la otra. Así Arte Muhé se estrenó con gran éxito en la Sala Monkey, con las entradas vendidas desde días atrás. Pero antes, ese espectáculo se estrenó en la prisión de Alcalá Meco, en Meco Mujeres. Y es que lo de actuar en las prisiones de mujeres no es nuevo para María y La Mare.
Vincularnos a las prisiones desde el principio fue porque yo ya venía de estar con Mar, con La Mare, que también es educadora. Yo estudie Educación Social, de hecho he ejercido como educadora casi 10 años hasta que me dedique a la música, y poco a poco me iba dando cuenta que me iba inclinando a incorporar la perspectiva de género en mi curro. He trabajado mucho en contextos privativos de libertad con menores y empecé a currar sobre todo más con las chicas, a hacer pequeños proyectos de empoderamiento con las chicas de los centros de menores. Y cuando llegué a Madrid me empeñé en que quería hacer algo dentro de prisión. Entonces embarqué a La Mare e hicimos un proyecto maravilloso que se llamó “Liberarte” que desarrollamos durante todo el 2017.
Nos dimos cuenta de la necesidad que había de llevar un mensaje o de acercar la pedagogía feminista a contextos más deprimidos y, sobre todo, a perfiles de mujeres que precisamente vienen de entornos y contextos de mucha opresión. Entonces Arte Muhé, como nació también a mitad de ese proyecto, pues como que lo acercamos al proyecto que ya llevábamos en prisión. Y a partir de ahí surgió una conexión y decidimos que cada vez que fuéramos a ir a una ciudad a tocar pues tocaríamos en la prisión de esa ciudad. Primero se hizo Valencia, estuvimos en la prisión de Picassent; luego vino Granada, estuvimos aquí en la prisión de Albolote. En Madrid hemos estado en varias, en Estremera, en Meco. En Sevilla, en Alcalá de Guadaira no nos permitieron entrar.
Arté Muhé lleva ya dos años y medio de vida, con un estructura “absolutamente horizontal”. María nos cuenta el desafío que supone conciliar los proyectos individuales y encajar las agendas de todas ellas, “yo por ejemplo ahora estoy de gira y La Mare en Argentina”. Para organizar todo este movimiento se precisa de “mucha coordinación y mucho compromiso”, buscando encontrar ese difícil equilibrio entre cada una de ellas. El colectivo cuenta con distintas comisiones como la de redes o la comisión social y pedagógica o la artística-escénica-teatral, ésta última encargada de dar forma a las ideas que van surgiendo de cara a su nuevo espectáculo que según nos dice María, se presentará al público entre marzo y abril de 2020.
Hasta ahora nos hemos centrado sobre todo en el espectáculo de “Las Sin Sombrero” que era una forma de hacer un homenaje, un reconocimiento, a la generación de las mujeres del 27. Ahora queríamos darle otro enfoque, darle otro giro. Y te voy hacer un poco de spoiling, queríamos enfocarlo de cara a las violencias. Nosotras tenemos un público muy diverso. Tenemos mujeres que se autodefinen políticamente hablando pero tenemos mucho público disidente, entonces queríamos acercar las violencias hacia las identidades, sobre todo. El encorsetamiento que sufrimos las personas desde que nacemos y cómo vamos creciendo dentro de esos corsés y cómo nos encasillan en unas estructuras binarias que estamos viendo que cada vez generan muchas más problemáticas a nivel psíquico, emocional, personal. Entonces queríamos trabajar mucho desde ahí, desde cómo se nos violenta tanto a nivel físico como psicosocial como emocional y bueno, esta es la idea que tenemos ahora. Queríamos hablar claro de la violencia machista pero también ampliar el espectro de lo que son las violencias que sufrimos las mujeres y las identidades disidentes.
La fuerza del feminismo hoy
La articulación del movimiento feminista de estos últimos años, ¿ha repercutido en una mayor visibilización y valoración de las mujeres artistas?
Sí. Pero aquí tuve un dilema porque sobre todo, yo como cantautora, hablo por mí, a nosotras nos sale mucho curro en noviembre porque es el mes de las violencias y en marzo porque es el mes de la Mujer. Pero sí que es verdad que la mujer ha tenido mucha más visibilidad. Ya no sólo los meses de marzo y noviembre, sino que cuando ha habido jornadas o ha habido cualquier evento relacionado con el feminismo o lo que sea, han contado con nosotras y eso ya me parece un paso, salir ya del mes de marzo y noviembre.
Lo que pasa es que los trabajos se incrementan mucho más en esos 2 meses y ahí es cuando yo, por ejemplo, pienso mucho en «¡joder¡ que no quiero que se utilice y se mercantilice el arte o la cultura de mujeres o de peña que hace activismo feminista desde el arte». Creo que ahí tenemos que ser estrategas e inteligentes para no dejarnos caer en feminismos de corte más liberal, aunque yo no entiendo lo del feminismo liberal, para mí no existe, pero bueno como ahora se le nombra. El feminismo ahora también se vende en muchos aspectos. Parece que hoy en día hay festivales… Me acuerdo el SanSan Festival, lo criticado que fue porque de repente te dice que apoya el movimiento feminista y lo apoya poniendo toallas rosas en los baños. Muchas veces se utiliza el movimiento feminista y la lucha feminista para ponerte pins de apoyo a determinados movimiento y demás. Incluso con Arte Muhé muchas veces también lo planteamos, cuando se nos está utilizando para ser el pin feminista del cartel. Reconozco que es complejo encontrar ese punto intermedio de saber hasta qué punto debemos prestarnos a hacerlo o no.
Yo creo que hay que hacerlo porque son oportunidades para visibilizarnos en cualquier contexto. Esos sitios son también importantes porque al final la gente que viene a mis conciertos, la gente que viene a ver Arte Muhé, el 80% es afín y es público que milita, que es activista. Pero al final donde realmente hay que tirar y hay que arrastrar, es precisamente en contextos donde no hay tanta gente que tiene esa conciencia o que tiene la perspectiva de género más integrada o que no se ha acercado al feminismo o sólo conoce el feminismo de lo que ve en medios, los discursos más hegemónicos. Entonces creo que también es interesante estar ahí. Evidentemente no me voy a ir a tocar a un mitin de Vox ni del Partido Popular, lo tengo clarísimo, pero sí que tenemos cierta flexibilidad. Cuando nos llaman de este festival que tiene un cartel con más del 70% que son tíos, ¿qué hacemos?¿No vamos a ir porque no se cumple con la paridad? Pues es que a lo mejor tenemos que ir y decir arriba del escenario: hay que cumplir con las cuotas de paridad. Hay que ir buscando el equilibrio.
A pocas horas de conocer los resultados de las elecciones de este 10N, ¿cómo ves el panorama político? (La entrevista se hace a 8 horas del cierre de los colegios electorales el 10N)
¡Uff! Pues la verdad es que… No es que tenga miedo, es que me da mucha rabia. Rabia de cómo se ha blanqueado en muy poco tiempo el discurso fascista. Y digo blanqueado porque realmente desde que ha habido elecciones siempre han existido partidos fascistas, la Falange la tenemos siempre en las elecciones con su papeleta. Pero esta forma de que se haya «democratizado» de tal forma, que se haya blanqueado absolutamente el discurso del fascismo, me parece peligroso, fundamentalmente para nosotras, porque aquí en Andalucía no sé cómo andará la cosa, pero en Madrid está ya notándose cómo están empezando a cargarse la agenda feminista. Creo que nos vienen cuatro años de mucha protesta y mucha lucha en la calle. Y en el panorama nacional, pase lo que pase, también. Al final creo que lo que nos diferencia y lo que hace especial al movimiento feminista es que al ser un movimiento totalmente autónomo y que cada vez crece más, tiene cada vez más fuerza y al menos, no les vamos a poner fácil implantar determinadas políticas o determinados recortes. Entonces, el panorama lo veo jodido. Pase lo que pase lo bonito de todo esto es que el movimiento feminista está fuerte y va a pelear, y va a montar mucho follón estos próximos cuatro años.
Los malos presagios de la entrada de la ultraderecha se han cumplido en estas pasadas elecciones. 52 escaños del Parlamento ahora están ocupados por aquellos y aquellas que hicieron su campaña mintiendo sobre la realidad de este país y con postulados anticonstitucionales, antifeministas, sexistas, racistas y xenófobos.
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