Masa Madre, el fermento feminista de las Artes Escénicas de Cádiz 
Masa Madre, el fermento feminista de las Artes Escénicas de Cádiz 

Laura Rueda

18 octubre 2022

‘Estamos en los márgenes, somos las excluidas, a las que nadie mira’, entrevista a Xiomara Sáez 

En tiempos de crisis, el ingenio y la capacidad de aprovechamiento de los recursos son los únicos ingredientes necesarios para hacer florecer la magia. La primera edición de Masa Madre Red Encuentro se presenta como un fermento de algo que aún no tiene forma, pero sin duda ha demostrado tener fuerza. Esta cita surge de forma unánime por la iniciativa de una serie de colectivos artísticos, sociales y culturales de Andalucía, como respuesta a la desaparición del Encuentro de Mujeres de Iberoamérica de las Artes Escénicas. Y tendrá lugar en Cádiz los próximos 22 y 23 de octubre.

En 2020, la nueva dirección del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz (FIT) eliminaba un espacio en el que habían crecido y forjado redes muchas profesionales de las Artes Escénicas andaluzas y latinoamericanas. El Encuentro de Mujeres de Iberoamérica de las Artes Escénicas desaparecía de un plumazo y sin explicación por parte de su nuevo equipo organizativo, después de veintitrés años en activo. 

Dos años después, nace la primera edición de Masa Madre Red Encuentro, un fermento poderoso creado de forma autogestionada por mujeres de las Artes Escénicas, en su mayoría de Cádiz, que pretende, como mínimo, señalar el enorme hueco que ha dejado esta ausencia, y que constituye una convocatoria para trazar las líneas de un futuro Encuentro Euroamericano de las Artes Escénicas estable y más formal.

«Es necesario un encuentro de mujeres Euroamericanas de las Artes Escénicas. Me sigue rechinando que hayan decidido dejarlo en un lugar ya integrado, porque las mujeres necesitamos espacios donde nutrirnos, tejer, soñar y crear juntas por todo a lo que nos enfrentamos todavía por el hecho de ser mujeres»

Pamela Palenciano

Necesidad de recuperar un espacio propio

‘El proyecto autogestionado de Masa Madre está fundamentado en la necesidad de recuperar un espacio propio y legítimo desde el trabajo en red que involucre los territorios de las profesionales del teatro latinoamericano y europeo, peninsulares y  transoceánicas, sin olvidar el carácter asociativo y local que devuelve a las personas la capacidad de decidir y de ser protagonistas de lo que ocurre en su ciudad. De ahí que los colectivos feministas y sociales estén presentes’, han expresado en nota de prensa desde su organización.

En La Poderío charlamos con una de sus voces implicadas, la actriz, narradora y escritora teatral de género Xiomara Sáez, integrante de Imagina Educación Alternativa, una de las asociaciones promotoras de este encuentro, que nos cuenta que ‘aunque esta iniciativa surgió de una conversación entre tres mujeres en julio, pronto se convirtió en algo más grande, una historia colectiva, un fermento amasado por una comunidad. Participación, ciudadanía, tomar el poder… una cocina interior, una masa madre’.

Xiomara Sáez / Foto: Pablo Bernardo Caveda

¿Por qué crees que desaparece el Encuentro de Mujeres dentro del FIT, siendo una cita fundamental con más de veinte años de vida?

El Encuentro de Mujeres nació en su momento de forma espontánea y después consiguió financiación del FIT, de la SGAE, con la edición de algunas publicaciones, y de un convenio con el ayuntamiento. Era diverso en su financiación. Hace dos años la dirección del FIT cambió y este espacio desapareció sin dar explicaciones. Fue como una especie de desinterés. En ese momento salió una carta firmada por algunas entidades, colectivos y la Mesa del Teatro de Cádiz denunciando que habían desaparecido actividades que tejían redes con la ciudadanía, con las mujeres y con festivales de Latinoamérica.

La nueva dirección, como respuesta a este escrito, celebró en 2021 un rito de paso como respuesta a la ciudadanía, que constituía el punto final del Encuentro de Mujeres. Alegaban que eran nuevos tiempos y que el FIT había pasado a ser un festival interseccional y transversal en el que no tenía cabida un espacio propio porque todo el FIT en sí era un espacio para mujeres. Pero las mujeres seguían pensando que tenían que tener su espacio propio para juntarse y hablar.

¿Masa Madre Red Encuentro nace de una reivindicación ante la ausencia del Encuentro de Mujeres de Iberoamérica de las Artes Escénicas?

A raíz de todo esto, nosotras decidimos que si no teníamos un buen feedback por parte de la organización, frustrarse es una tontería. Igual que la vez anterior surgió de manera espontánea, decidimos que nadie nos tenía que dar permiso para juntarnos y que podíamos crear este encuentro con una fórmula más nuestra. 

Entonces este encuentro es un acto político, independientemente de que sepas esta historia o no. Pero hay otras mujeres que pensamos que colocar el encuentro en una trinchera tampoco nos beneficia y que la autofinanciación funciona y une a la ciudadanía de forma real, que son además prácticas propias nuestras: porque hemos hecho un fondo de camita con las actuaciones de Pamela Palenciano, Isabel Mesa y Virginia Salas; porque hablamos de tú a tú con gente local. Es como más extensivo y más a largo plazo; y no se impone, sino que se va organizando de manera orgánica.

«Es muy importante seguir tejiendo redes, seguir encontrando palabras para contarnos, para estar detrás del relato y conquistar espacios que todavía se nos resisten. Y la unidad y sentir el calor entre nosotras es muy importante»

Mariki Fernández

¿Cuál es el objetivo que tenéis con esta primera edición?

La idea de este primer encuentro, por eso se llama Masa Madre, es que antes de cocer la masa, de decidir si vamos a hacer un pan, un brioche o un bizcocho, lo que hacemos es fermentar la masa con el máximo de personas posible, lo que no sabemos es cómo va a ser. Me parece muy interesante el tema de la autogestión porque nos permite ser más libres y estar fuera de trincheras políticas o de cuestiones ideológicas.

¿Todas las personas que estáis en este proceso de fermentación pertenecéis a las artes escénicas? ¿Estabais vinculadas con el FIT?

Todas las personas que estamos pertenecemos a las Artes Escénicas con mayor o menor formación, pertenecemos al ámbito de lo social y nos hemos criado en el FIT. Hemos sido voluntarias en el FIT y en el Encuentro de Mujeres, y hemos participado, ya sea porque hemos formado parte de la organización o porque hemos mostrado trabajos. Además, somos gente de Cádiz en su mayoría. Este es un festival que tiene mucho peso en Latinoamérica.

Las mujeres que venían al FIT se escapaban al Encuentro de Mujeres y sentían que venían a un sitio muy importante, como Patricia Ariza, que ahora es la Ministra de Cultura de Colombia. Este año, Egly Larreynaga, referente para muchas de las escuelas de teatro social de España, estrena espectáculo en el FIT y estará en una de las mesas de conversatorios de Masa Madre. Poder contar con ellas y con otras mujeres que aprovechan su viaje al FIT para estar en nuestro encuentro es un lujo. 

Habéis conseguido financiación a través de actuaciones como la de Pamela Palenciano con No solo duelen los golpes, el pasado 19 de septiembre, e Isabel Mesa con Sola no, conmigo misma, y Virginia Salas, con La Femenina Igualitaria, el 29 de septiembre. ¿Qué tal fue?

La actividad de Pamela se llenó, fue un éxito rotundo. Se vendieron más sillas, se pusieron mantitas en el suelo, porque ya no había más butacas en el Espacio Quiñones, y animamos a la gente a traer su cojín. La biblioteca social El Adoquín, un espacio que nos parece muy interesante por ser autosugestionado, también se llenó, con gente que vino a ver a las otras dos compañeras, Isabel y Virginia. 

Lo que nosotras queríamos conseguir con esta financiación es que las mujeres no tengan que pagar nada y que la comida estuviera presente como otros años. El catering lo hace Amigas al Sur. También hemos hecho fondo de camas y casas amigas. Porque los espacios distendidos donde hay comida, calor y charla son mucho más propios nuestros. 

‘Me parece esencial que se le dé voz a todas las mujeres que trabajamos en las Artes Escénicas. Ya de por sí las artes tienen una losa, una complejidad y una dificultad y las mujeres tenemos que pelearlas el triple. Tenemos que anteponernos muchas veces para que se nos vea’

Isabel Mesa

Con todo esto que me cuentas parece que hay un deseo de continuidad de la gente de Cádiz. ¿No hay voluntad política del gobierno de la ciudad ni de la dirección del FIT para que esto ocurra?

Parece que hay una desconexión, como que no conocen a la gente de aquí, es la sensación que tenemos. Hay muchas artistas locales y de la provincia implicadas, que están muy formadas, con proyectos chulísimos, pero a lo mejor no han tenido la oportunidad de estar aquí. Es como si no tuvieran espacio, como si no hubiera conexión. Yo puedo ser una mindundi, pero pertenezco al tejido cultural y social desde hace muchos años. Entonces yo creo que a mí se me tiene que contactar y preguntar. Si hubiera una voluntad de que el FIT fuera comunitario y participativo, como lo venden, preguntarían y contactarían a las artistas locales, porque si no son etiquetas vacías. 

¿Qué peticiones, reivindicaciones o deseos trae esta primera edición?

Aparte de crear red, hemos hablado de estar en los márgenes, de lo pequeño, de lo cotidiano. Reivindicamos eso porque, en lo que aparentemente puede parecer el lumpen de las Artes Escénicas, también hay cultura. La cultura se retroalimenta. El público se alimenta cuanto más teatro ve. Cuanto más se hace partícipe al tejido asociativo, más acude a los teatros, y nos parece que el lumpen también tiene que tener un lugar, igual que las mujeres de cierta edad, por ejemplo.

No reivindicamos en sí nada porque, como has dicho, el hecho de hacerlo es un acto político claro, sino que informamos de lo que se ha hecho. Lo que sí que pedimos es que la gente se sume, y que se sume sin miedo a estar, porque todas las voces son importantes, ya sean profesionales formadas, ya sean artesanas con formación no reglada que trabajen en el teatro, ya sean espectadores, ya sean activistas, ya pertenezcan solamente al tejido asociativo vecinal. Está abierto también a hombres, pero bueno, fundamentalmente a mujeres. Lo que pedimos es que se sumen y que hablen, que alimenten la masa madre que estamos haciendo. 

«Que las mujeres contemos con esta herramienta para poder comunicarnos y expresarnos me parece básico y fundamental para nuestro propio sentir. Estos veintitrés años del Encuentro de Mujeres han sido muy importantes para mí porque me abrió las puertas a soñar, a imaginar, a otras maneras de hacer, a otras mujeres haciendo cosas en distintos lugares del mundo, a planteamientos, a pensamientos» 

Virginia Salas

¿Crees que instituciones y proyectos consolidados como el FIT deberían dar más espacio al tejido cultural gaditano?

Cuando reflexionábamos sobre quiénes éramos nosotras, porque hay tantas palabras y tantos conceptos que se usan vacíos, llegamos a la conclusión de que somos nadie, somos lumpen. Estamos en los márgenes, somos las excluidas, a las que nadie mira. Hay gente que está en los circuitos teatrales, que siempre están los mismos, eso funciona así hace muchísimos años. Y hay gente que estamos en la cultura y que malvivimos, hacemos nuestros proyectos y hacemos nuestras cositas.

Al final es una artesanía, y lo que hacemos es aprender y trabajar desde lo pequeño, y eso también está bien y también tiene que tener lugar. Entonces, vamos a reivindicar la marginalidad, porque la marginalidad se usa también ahora políticamente mucho, pero la marginalidad porque se trae de otros países a festivales, que de pronto son muy elitistas también y son muy modernos.

La marginalidad está de moda y se romantiza mucho, como tú dices. Se mira un país que está a miles de kilómetros y no se mira lo que pasa en el barrio de al lado. 

Eso es así exactamente. En Cádiz está LaBaranda Teatro, dos mujeres estupendas, Pepi y Mila, que llevan toda la vida haciendo de payasas, montando sus propios espectáculos, actuando con mucha dignidad, con mucha calidad, y que no tienen espacio. Después están Las Tripet, que son también tres mujeres que se montan sus propios espectáculos, que son locales, que hacen sus propios proyectos, que también son payasas. Se van a actuar a todos los sitios posibles, bodas, bautizos y comuniones, o se hacen un circuito de Diputación por los pueblos. Y también es teatro eso. 

No tienen un afán ni reivindicativo ni activista, ni quiere lanzar un mensaje, pero también son cómicas, y tienen que tener su espacio, y son locales. Y ya te hablo de Manuela Sánchez Dávila que estrena espectáculo en Chiclana, Mariki Fernández con Las Ibéricas, Aída, que ha estrenado su espectáculo en Madrid… Hay tantas.

‘Felicidades por haber logrado juntas esta nueva cita en Cádiz. Una vez más: unidas y felices, sumando fuerzas para continuar exigiendo el cumplimiento de nuestro art 36 de la Ley de Igualdad de marzo  2007, que empujamos con fuerza desde el EMIAE, con refuerzos de importantes mujeres de teatro en Iberoamérica y sus compañías’

Marga Borja, fundadora, junto con Sara Molina, del Encuentro de Mujeres de Iberoamérica en las Artes Escénicas de Cádiz

Y defendiéndolo con dignidad y teniendo mucha constancia, porque, si te dedicas a la cultura en España, la cosa no está demasiado bien. Tienes que tener muchas ganas e ilusión para no desistir. Por eso, qué importante crear un espacio donde hacer comunidad como el vuestro

Y donde aprender, donde contactar y donde crear comunidad. Porque cuando haces esta convocatoria te enteras de que espacios, como uno de Ubrique, que no sabías que existía, donde puedes ir con tu espectáculo. O que hay una escuela en San Fernando. O que está la escuela Salamandra en Sevilla. Este tipo de cosas son oportunidades muy interesantes.

Chiclana para mí es el top de la cultura ahora mismo. No sé si es porque ha cambiado el concejal de Cultura, Juan José Téllez, pero está apostando muy fuerte. A nivel presupuesto no lo sé… Ahora la gente en Chiclana acude al teatro en masa y quiere aprender teatro. La Escuela de Teatro Municipal está llena de gente de todas las edades y se hacen espectáculos: teatro mínimo, 21 días de teatro los escaparates, teatro en la calle, teatro las plazas, lecturas dramatizadas… eso es cultura comunitaria. Eso se retroalimenta.

Veo que os enfrentáis a esta primera edición con mucha ilusión

Sí, con mucha ilusión y asumiendo que puede ser un fracaso. En todos los proyectos de autogestión también hay que tener en cuenta las energías personales, los tiempos… Hay que ser benévola con las compañeras que no pueden prestar la misma atención. Hay que cuidarse también entre nosotras y unas mismas, que eso ya es más complicado. 

Como no hay pretensiones, hay sueños, pero no pretensiones, si conseguimos que vengan treinta mujeres es un triunfo. Estamos haciendo autogestión marginal. 

Laura Rueda

Laura Rueda

Creo en la comunicación que reivindica otras realidades, y en la cultura como herramienta de transformación del alma y de la sociedad. Nunca me etiquetes ni me digas que no puedo hacer algo, soy una entusiasta con la energía y cabezonería suficientes para demostrar que mi manada y yo siempre podemos.

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