Beijing +25: Derechos Humanos de las Humanas
Beijing +25: Derechos Humanos de las Humanas

LolaFPalenzuela

29 septiembre 2020

Este mes de septiembre se celebra el 25 aniversario de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en 1995 en Beijing y organizada por Naciones Unidas. En esta conferencia se dieron cita representantes de 189 países, 17.000 participantes y 30.000 activistas. De ella surgió el plan más ambicioso nunca dado para promover los derechos de las mujeres, plasmado en la llamada Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. 

Este sin duda es un aniversario importante para preguntarnos qué queda hoy del trabajo de todas esas miles de mujeres que se dieron citar en Beijing para exigir sus derechos y para debatir estrategias nuevas a implantar en sus respectivos países. 

Hemos buscado a unas de las tantas andaluzas que estuvieron allí para que nos narre sus impresiones de esas semanas en la capital china. Ella es Francisca Fuillerat Pérez, una feminista granadina que empezó a finales de los 80 en el Colectivo Independiente de Mujeres y que en estos momentos forma parte de la Plataforma 25N y 8M de Granada. 

Cartel oficial de la IV Conferencia de la Mujer de 1995.
«Esa sensación de que éramos muchas, que coincidíamos en objetivos comunes y que había muchas ganas de luchar por la igualdad»- Paqui Fuillerat.

A 25 años de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en Beijing en 1995 ¿qué recuerdos te viene de tu participación en ella?

La impresión imborrable para el resto de mi vida fue el tomar conciencia que pertenezco a un mundo de mujeres que son ignoradas en sus países y que allí en Beijing nos hicimos fuertes. Muy fuertes. Esa sensación de que éramos muchas, que coincidíamos en objetivos comunes y que había muchas ganas de luchar por la igualdad. 

De los debates a los que asististe y con la gente con la que hablaste ¿qué temas te llamaron más la atención por no haberlos tratados anteriormente?

Allí empezamos a escuchar hablar de los derechos reproductivos y el derecho al aborto. Y sobre todo algo fundamental que nos ha acompañado el resto de nuestra vida, se hacía mucho hincapié en el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres. Tal es así que la plataforma del lobby andaluz que estuvimos allí lo convertimos en nuestro eslogan, empezamos a hablar de los “Derechos Humanos de las Humanas”.

También algo muy importante es que en 1995 se empezó a hablar de las niñas: se incluyó el respeto a los derechos de las niñas contra casamientos forzados, contra la pobreza, por su derecho a la educación… Si os leéis la Plataforma de Acción de Beijing,  las niñas aparecen prácticamente en casi todos los compromisos de Beijing.

Francisa Fuillerat en un momento de nuestra charla.

¿Qué sacas de positivo de lo vivido en esa Conferencia Mundial?

A raíz de la celebración de la IV Conferencia, tengo que reconocer que hubo una explosión de normativa, sobre todo de la protección contra la violencia fundamentalmente.

En nuestro país se dieron en los años siguientes la aprobación de varias leyes como fue en 2004 la Ley integral contra la Violencia de Género a nivel estatal; la Ley de Dependencia que en 2006 fue un revulsivo porque ponía de manifiesto la importancia de los cuidados con las personas mayores, menores y dependientes, que hasta entonces era una labor que estaban haciendo muchísimas mujeres sin reconocimiento ninguno. Luego la sacaron de la cotización y se vino abajo ese plan.

«Cuando te pones las gafas violetas se empieza a ver el mundo desde la perspectiva de la vida y de los condicionamientos que sufrimos las mujeres y cuando esa concienciación empieza a tener resultados, eso obviamente se traduce en beneficios para las mujeres y para la sociedad en general».

Además, se aprobó la Ley de igualdad andaluza de 2007; la Ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción del embarazo que se aprobó entre 2009 y 2010. Y como esto en nuestro país, se pueden contar también los beneficios del efecto de la presión que ejercimos en ese 1995 y en muchos otros países.  

Tampoco se nos puede olvidar que de Beijing  nos trajimos dos términos. Uno era “Empowerment”,  el empoderamiento de la mujeres. Hasta entonces ese término no se utilizaba ni en inglés, ni español, ni en nada y desde entonces se consolidó.  El segundo era el “Mainstreaming”, la integración de la perspectiva de género en todos los sectores, social, cultural, económico, político. Y entre nosotras esa expresión tan simpática de “Ponerse las gafas violetas”. Cuando te pones las gafas violetas se empieza a ver el mundo desde la perspectiva de la vida y de los condicionamientos que sufrimos las mujeres y cuando esa concienciación empieza a tener resultados, eso obviamente se traduce en beneficios para las mujeres y para la sociedad en general.

¿Y qué destacarías como negativo de estos 25 años?

Lo negativo es la lentitud. Esto va muy despacio. Yo ya tengo una edad y tengo la suerte de poder seguir en activo, pero a mí lo que me llena de impotencia son los países que en el año 1995 obstruyeron muchísimo el llegar a un acuerdo en la Declaración y en el programa de acción de las 12 esferas de Beijing. Y el Vaticano, que nosotras estando allí no llegamos a comprender la influencia tan enorme que tiene un país que todas y todos sabemos de que está compuesto.

«25 años después, seguimos diciendo que no hay cuestiones culturales que se escapen al reconocimiento de los derechos de las mujeres y niñas».

El gobierno del Vaticano, los gobiernos conservadores, Estados Unidos y los países árabes, en 1995, lucharon contra el reconocimiento de los derechos reproductivos con uñas y dientes. Se discutía que costumbres como la ablación eran costumbres culturales y nosotras, las mujeres feministas, decíamos que ni hablar. Y es más, 25 años después, seguimos diciendo que no hay cuestiones culturales que se escapen al reconocimiento de los derechos de las mujeres y niñas y esta situación va totalmente en contra de esos compromisos.

Hay muchas situaciones en el mundo que todavía no se han puesto al día a pesar de que en los compromisos de Beijing estaba previsto que cada 5 años se realice una revisión, como se viene haciendo. El año pasado, cuando asistí al congreso internacional Beijing+25, cuando se hizo un análisis de los logros, las carencias y los desafíos en la Unión Europea, la evaluación era muy pobre y además alarmantemente preocupante, porque conforme en un país se instala un gobierno conservador, y de esos en el este de Europa ya tenemos varios ejemplos así como en otro países como Holanda, entre otros, e incluso a nivel de Comunidad Autónoma- véase el trifachito del Gobierno andaluz- a lo primero que atacan esos gobiernos conservadores es a los derechos de las mujeres y cada vez que tienen una oportunidad, aprueban normativas que los van estrechando más y más. La palabra retroceso la tienen estos gobiernos en sus agendas. Y por tanto, las mujeres feministas tenemos en nuestro programa de acción luchar contra esos retrocesos.

«Las mujeres feministas tenemos en nuestro programa de acción luchar
contra esos retrocesos»
En Beijing, Paqui Fuillerat de Granada, Pepa Ramos de Barbate, Ana Belmonte de Almería y Sara, maestra de Granada (de izda. a dcha). /Foto cedida.

De 1995 de Beijing a 2020

De las 12 esferas del Plan de Acción de Beijing, en cuáles dirías tú que hemos conseguido avances y en cuales retrocesos. 

La cuestión de la normativa en materia de violencia de género ha dado grande pasos en muchos países. Sin embargo, el aumento de la representación de las mujeres en cargos de representación eso va muy lento y se escapa. Las grandes corporaciones no lo cumplen ni mucho menos.

La pobreza es otro tema en el que no se ha avanzado nada, la pobreza sigue teniendo cara de mujer. Y si hablamos de la brecha salarial, aunque exijamos cada 22 de febrero “a igual trabajo, igual salario” sigue siendo una quimera porque la brecha salarial es uno de los grandes problemas que seguimos teniendo las mujeres.

«Desde la Plataforma 25N de Granada,  emitimos un comunicado en el que decíamos que el Covid no puede ser una excusa para que se abandone la lucha por la igual permitiendo que la desigual siga aumentando sus niveles».

En la crisis económica mundial de 2010 se dieron grandes retrocesos en los derechos de las mujeres. Ahora estamos sufriendo otra crisis, la pandemia del coronavirus. Desde la Plataforma 25N de Granada,  emitimos un comunicado en el que decíamos que el Covid no puede ser una excusa para que se abandone la lucha por la igual permitiendo que la desigual siga aumentando sus niveles. La situación de las mujeres está siendo gravemente afectada con el Covid. Por ejemplo, en las mujeres que trabajan en empleos de economía sumergida o el tema el  teletrabajo.

Ya lo dijo hace muchos años Simone de Beauvoir, que teníamos que estar alertas de por vida, porque cualquier crisis ya sea económica, social, religiosa o de cualquier tipo, iba a dar lugar a un retroceso en los derechos de las mujeres. Seguimos luchando contra la violencia, esa situación que parece que la sociedad acepta, las mujeres que siguen siendo asesinadas en el Estado español, que superamos ya la treintena, 35 asesinatos en lo que va de 2020 y 1.068 desde que empezaron a contabilizarse en 2003.

Desde tu punto de vista, cual sería la reivindicación más urgente  a la que se le tiene dar solución?

Para mí sería todo lo que es la pobreza de las mujeres; la situación de las familias monomarentales. La cantidad de mujeres, de madres solas que tienen a sus hijos e hijas a cargo, me da igual si las hijas e hijos están reconocidos por el padre, porque en el Estado español no hay manera de obligar a un padre que no cumple con el compromiso económico, de obligarlo que lo cumpla. El sistema judicial yo diría que necesita un buen baldeo. La justicia tiene que incluir la perspectiva de género porque en los juzgados españoles se están dejando la vida muchas mujeres que se encuentran solas.

Y otro tema que me preocupa mucho son las mujeres jóvenes. La vida para las mujeres jóvenes va a ser muy difícil. Nosotras, las veteranas, hemos luchado mucho para que los avances que creíamos consolidados les llegaran. Y encima le echan la culpa de la baja natalidad. Que alguien se ponga en su pellejo, qué pareja sin seguridad económica asume la responsabilidad de tener una hija o un hijo, que es un bien social. En las madres el tema del embarazo sigue repercutiendo en su vida laboral, personal, social  y sin embargo las seguimos dejando solas. Esto es un problema político y el feminismo lo que reclama son los derechos políticos de las mujeres. 

De izda. a dcha.: Maribel Revilla, de la Asociación de Mujeres de Victoria Kent de Algeciras; Gabi Aranda de Mujeres de Negro; Rafaela Pastor de Córdoba; Pepa Ramos de Barbate; María José Arias de Jaén; Sara, maestra de Granada y agachada, Ana Belmonte de Almería. / Foto cedida.

En Andalucía nos has comentado que tras Beijing 95 se dieron avances en años posteriores pero, ¿qué balance haces de la situación de los derechos de las mujeres a día de hoy en Andalucía, 25 años ?

Yo diría que es el prototipo de los gobiernos de los que he habado anteriormente, en cuanto al retroceso. Y además, este retroceso ha sido anunciado, cuando VOX dio su voto para los presupuestos del Gobierno andaluz, del PP y de Ciudadanos, negoció 30 compromisos. Si cualquier persona coge esos compromiso puede darse cuenta de que los van cumpliendo uno a uno. Se empezó por la ofensa al trabajo de las asociaciones de mujeres, las llamaron chiringuitos, cuando las asociaciones de mujeres son la infraestructura de la que nos hemos dotado, aparte de la creación del Instituto Andaluz de la Mujer, para favorecer la unidad de las mujeres, para dar información, formación, capacidad de respuesta.

«Las asociaciones de mujeres somos agentes sociales, tan representativas como los sindicatos, como las confederaciones de empresarios… Todavía no nos ha llamado ningún gobierno, a pesar de la fuerza a la que representamos».

Otra cosa es lo que ha pasado en 2019 con las subvenciones, que ha dejado a doscientas y pico asociaciones de mujeres sin subvención. Ante esto, desde la Plataforma andaluza de apoyo al lobby europeo de mujeres, declarada de utilidad pública, hemos interpuesto un contencioso administrativo por el cambio de criterios que el Gobierno andaluz hizo en diciembre de 2019. Eso ha sido un hachazo para las asociaciones.

Las asociaciones de mujeres somos agentes sociales, tan representativas como los sindicatos, como las confederaciones de empresarios. Todavía no nos ha llamado ningún gobierno, a pesar de la fuerza a la que representamos, para consultarnos antes de aprobar ninguna normativa o realizar algún cambio importante en la legislación. 

Por otro lado al Instituto Andaluz de la Mujer lo están dejando sin competencia. Y una institución sin competencia se convierte en una oficina. Empezando por el cargo que lo representa en las provincias, ya no son coordinadoras son asesoras, asesoras de programas. A mí no me molesta que bajen de categoría al cargo, a la persona, pero sí a la institución dentro del organigrama de la Consejería. Como feminista y andaluza eso sí me importa. De hecho en lo que va de año, que alguien diga si alguna asesora de programas ha tenido libertad para expresar una opinión a nivel público. La Consejera (Rocío Ruiz), cada vez que hace una declaración pública, luego no la cumple. Incluso esta Consejera tuvo el mal detalle de negar la existencia de la brecha salarial, dijo que nos estábamos quejando de algo que no existía. Luego se tuvo que desdecir ante las evidencias.

Hace poco han aprobado (el Parlamento Andaluz) una norma según la cual citar a las mujeres es muy pesado y además no hace falta, porque a la hora de hablar eso le da mucho trabajo a los legisladores y legisladoras del gobierno andaluz y por eso han decidido que el lenguaje inclusivo, aunque está presente en la Ley para la promoción de Igualdad de Género de Andalucía aprobada en 2007, luego modificada en 2008, no importa. Incumplen la ley y no importa que los partidos de la oposición los denuncien. No pasa nada. Nunca pasa nada. Ahora esta pasando algo muy importante para los derechos de las mujeres trabajadoras y es que amparándose en la crisis del Covid, el Gobierno andaluz ha puesto de moda sacar convocatorias expres todas las semanas, amparándose en la situación de crisis y de pandemia.

Son contratos laborales que ignoran las bolsas de trabajo que hay en las consejerías y ahora en 24 horas, de un día para otro, convocan puestos de trabajo y ¿qué pasa? Pues que las personas con alguna patología crónica no pueden acceder a esos puestos de trabajo y tampoco las mujeres embarazadas pueden acceder a ellas. ¿Eso no es discriminación? ¿Eso no es un delito? Nosotros lo denunciamos como plataforma 25N de Granada a los medios de comunicación y el PSOE lo ha denunciado a la Fiscalía para que lo investiguen.

LolaFPalenzuela

LolaFPalenzuela

Obrera de la palabra, que ama las causas justas aunque sean difíciles y a veces perdidas, y que sabe que el arma más poderosa de transformación social es la palabra pensada, escrita, hablada, compartida. Creo en el periodismo comprometido y riguroso y abomino de la manipulación en todas sus formas y contextos.

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