Las mujeres como sujetos centrales en la lucha por los Derechos de la Humanidad
Las mujeres como sujetos centrales en la lucha por los Derechos de la Humanidad

La Poderío

24 enero 2020
Este texto está en la sección La Corrala, el patio de vecinas de La Poderío donde cada una charlotea, cascarrilla y pone colorá lo que sea mientras le da el fresquito o el sol en la cara. Más agustito que te quedas, oú. Eso sí, La Poderío no se hace responsable de lo que opinan las autoras y autores, solo apoya la participación de las lectoras como espacio de libre expresión. Puedes enviar tus artículos a ole@lapoderio.com. Otra cosa, antes de hacernos las propuestas pedimos que leas nuestro ideario.

Zareli Gamarra/ Antropóloga
Inmaculada Ceballos Cuadrado/ Antropóloga social

¿Cuáles son las situaciones de las mujeres en Sevilla y Granada en la actualidad con respecto a los derechos económicos, sexuales y reproductivos, a la ciudad o a la participación? ¿Qué estamos haciendo las mujeres frente a las desigualdades y opresiones, cómo afrontamos las mujeres las situaciones de lo cotidiano, y qué proponemos al respecto? Estas han sido cuestiones que se han venido tratando en los colectivos de mujeres y que los feminismos han repensado y contribuido, desde distintas experiencias, a la conquista de derechos de las mujeres.

La fábrica Real de Tabacos en Sevilla representa uno de los lugares donde las mujeres de Andalucía pudieron realizar los primeros trabajos remunerados, que compaginaban con la vida doméstica; además, los ríos Darro y Genil en Granada serían un punto clave de encuentro entre las mujeres que iban a lavar, permitiéndoles forjar comunidad, ayudarse las unas a las otras y actualizarse del devenir de la ciudad.

Sobre estas premisas reflexionamos sobre el proyecto “Mujeres y Derechos Humanos” impulsado por la ONG “Alianza por la Solidaridad” que ha contado con tres fases: identificación de las asociaciones y organizaciones de mujeres que trabajan por sus derechos situados en Sevilla y Granada, y la conformación de un diagnóstico de las situaciones que vivimos en torno a tres preguntas ¿Qué nos duele? ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué podemos hacer?; la conformación de la Escuela Itinerante de Mujeres con todo el saber abordado y compartido durante la primera parte; y, el Encuentro de Mujeres y Derechos Humanos donde culmina este compartir entre diferentes grupos de movilización y de lucha.

De este modo, en Sevilla se ha trabajado con los siguientes colectivos: Akherdi I Tromipen (Asociación de Mujeres Gitanas del Polígono Sur); Mujeres entre Dos Ríos (Barrio de Triana); Nuevas Ilusiones (Barrio de San Jerónimo); Colectivo Prostitutas de Sevilla (CPS); Casa Sáhara; Mujeres Africanas – MAD África; y, Colectivo Raymi Llacta (Perú). Y en Granada hemos contado con la presencia de: Colectivo Granada Visible (Zona de la Cartuja); Asociación Estatal “El Parto es Nuestro” – Colectivo Local Maternidades Feministas PETRA; Colectivo Club de Lectura Feminista y LGTBI “El Rincón” (Barrio de la Chana); Asociación Gitanas Feministas por la Diversidad; Colectivo Andaluz de Mujeres Musulmanas. 

El Encuentro de “Mujeres y Derechos Humanos” tuvo lugar en Sevilla.

El Encuentro de “Mujeres y Derechos Humanos” tuvo lugar en Sevilla durante los días 29 y 30 de noviembre. La recepción del Encuentro se desarrolló en el Centro Cívico El Tejar del Mellizo, dónde las compañeras invitaron a las participantes a coger tarjetas con demandas y compromisos por parte de las mujeres pertenecientes a las asociaciones Akherdi I Tromipen y Entre Dos Ríos. De ahí, se inauguró la mesa con la proyección del documental “Destierradas” grabado con mujeres de Guatemala y El Salvador en las que podemos ver las violencias colectivas y específicas que experimentan estas defensoras de la tierra. Inciden en cómo son cuestionadas y discriminadas por la propia comunidad, pero cómo esta lucha les permite liberarse de sus propias opresiones a la par que combaten contra la grandes multinacionales que se implantan sin despojo en sus tierras. 

Durante ambas jornadas pudimos contar con referentes feministas como Bienvenida Mendoza perteneciente a la Red Glefas (Grupo Latinoamericano de Estudio, Formación y Acción Feminista) y Catarina Martins profesora de Lengua, Literatura y Cultura de la Universidad de Coimbra. Nos trasladaron las violencias concretas que experimentan las mujeres de América Latina y África, pero cómo desde estas surgen elementos analíticos a destacar y extrapolar a otros contextos, como la decolonialidad, la compleja configuración de la interseccionalidad, la deconstrucción de las mujeres como frágiles y sólo pertenecientes a la maternidad o cómo podemos utilizar el arte como herramienta de transformación y canalización social. Estos nos ayudan a entender cómo se configuran otras realidades y nos aportan claves para identificar opresiones o resistencias que experimentamos en nuestros propios territorios. También se cuestionó el rol de las mujeres académicas frente a la objetivización de las otras a las que se estudia, denunciando esta colonización epistémica y abogando por la escucha activa de las propias enunciaciones de los grupos. 

Los espacios son configurados desde una única perspectiva, la del hombre trabajador, el resto de cuerpos (mujeres, maternidades, diversidad funcionales) se ven condicionados a transitar por estos lugares con una gran variabilidad de dificultades de carácter físico o simbólico.

La segunda parte toma lugar en el Albergue Juvenil Inturjoven, situado en el Campus Universitario Reina Mercedes, donde comenzamos con un debate fundamental para el desarrollo de la violencias que se ejercen sobre nosotras: el espacio urbano. Los espacios son configurados desde una única perspectiva, la del hombre trabajador, el resto de cuerpos (mujeres, maternidades, diversidad funcionales) se ven condicionados a transitar por estos lugares con una gran variabilidad de dificultades de carácter físico o simbólico. De esta forma, las ponentes Marisol Dalmazzo, de la Red Mujer y Hábitat América Latina, y Zaida Muzí, del Colectivo Punt 6, inciden en cómo estas violencias no dejan viabilidad a los otros cuerpos y la necesaria urgencia de reconceptualizarlos para hacerlos accesibles a la vida cotidiana de todas las personas y sus necesidades. El derecho a la ciudad conforma un clara batalla a librar por las feministas de cada territorio porque el espacio reproduce las lógicas de poder en las que nos vemos insertas y es urgente transformarlo para dar paso a la vida.

En sintonía con la temática presentada en la mesa anterior, contamos con la socióloga y activista ecofeminista Giulia Costanzo Talarico, investigadora del grupo EcoEcoFem, que nos trae a colación el marco de análisis dicotómico donde se ha relegado a la naturaleza a un estrato inferior como si esta fuera ajena y contaminante a la esencia humana y donde las sociedades son construidas desde el ideal de hombre blanco y burgués que siente que sólo le pertenece la aspiración de la creación de la cultura. Todo esto deriva en una serie de consecuencias nefastas como las que venimos experimentando con la crisis climática de las últimas décadas, afectando en mayor medida a aquellos grupos sociales que cuentan con una situación de desigualdad y precariedad social más acuciada, como es el caso de las mujeres, interrelacionado a otras opresiones específicas (etnia, clase, edad, situación geográfica). 

Mesas de trabajo por los derechos

Durante la segunda parte de la jornada se conformaron cuatro mesas de trabajo en base a cuatro ejes o derechos: derecho a la participación, coordinado por Laura Gea y Noelia Cameron; derechos económicos con Zareli Gamarra y Zaira Mesa; derechos reproductivos con las compañeras Ana Tello y May Adamuz; y, derecho a la ciudad con Daniela Ramos y Alicia Pérez. En los tres primeros talleres se realizaron dinámicas que permitían identificar qué nos duele, qué estamos haciendo para transformarlo y qué podemos hacer. Las coordinadoras trasladaron a las compañeras algunas de las reflexiones dadas durante el diagnóstico del presente proyecto y desde aquí repensar en qué opresiones nos sentimos identificadas o qué otras violencias no han sido contempladas. Con las otras dos cuestiones transversales se reprodujo la dinámica con objeto de mostrar y hacer partícipes las voces de las mujeres que aportaron sus conocimientos y así buscar los puntos que nos unen. La mesa de derecho a la ciudad apostó por una metodología diferente donde se hacía una revisión de la ocupación de los espacios y el tiempo desde lo cotidiano enmarcado en cuatro esferas (política, reproductiva, productiva y personal).

Durante la jornada se conformaron cuatro mesas de trabajo en base a cuatro ejes.

Las reflexiones de las mesas de trabajo fueron sintetizadas en una serie de propuestas que han quedado plasmadas en un Manifiesto que ha dejado un mensaje de reconocimiento a la diversidad de las mujeres, reivindicación de los derechos como punto de encuentro y transformación.

El proyecto de “Mujeres y Derechos Humanos” ha tenido muy presente la importancia de trabajar desde la perspectiva interseccional e intercultural al momento de plantear y analizar los problemas, al igual que en las propuestas transformadoras planteadas. El Encuentro es el resultado de una mirada múltiple en la que se conjugan e imbrincan diferentes opresiones, es decir, el género es la violencia que nos une de partida, pero cada una de nosotras experimenta en su propio cuerpo otros operadores que agudizan las situaciones de violencia y discriminación, limitandonos el acceso y ejercicio de los Derechos Humanos. 

Pero no sólo nos unen las violencias, sino la capacidad de agencia, resistencia y resiliencia que emergen desde las diferentes experiencias que hemos compartido con cada mujer en el Encuentro, ya sean migrantes, gitanas, amas de casa o pertenecientes al movimiento por la diversidad sexual. Esta fortaleza surge como respuesta a las situaciones de vulnerabilidad, donde las mujeres, frente a determinadas problemáticas, tienen la necesidad urgente de organizarse y responder: emprendiendo soluciones colectivas, creando redes en sus espacios, planteando posibles soluciones. Estos son elementos que nutren un proceso de transformación y conquista de derechos humanos enmarcados en la concepción aportada por Joaquín Herrera (2007). 

El patriarcado, el capitalismo y el colonialismo son bases constituyentes y estructurales de las desigualdades sociales, siendo específico en las mujeres. De este modo, es necesario ampliar la comprensión con respecto a las relaciones de género, a los patrones de poder, comprender que los problemas de las mujeres no son sólo nuestros sino de la sociedad.

La situación de las mujeres con respecto a los derechos que se han trabajado en el Encuentro ponen en evidencia los alcances y limitaciones que tiene el campo jurídico de los Derechos Humanos en el terreno aplicativo. Se produce una clara inexistencia de las garantías necesarias para dar un respaldo a las mujeres y dar un giro a las desigualdades que experimentamos, ya sea desde la maternidad, en relación a la brecha laboral o al racismo institucional. Por ello, una de las propuestas incide en el prisma complejo a incrementar dentro de la disciplina y aplicatividad jurídica, para así asegurar las luchas y transformaciones sociales que generan los grupos y organizaciones como los que han participado a lo largo del proyecto. Esto tendrá como consecuencia el incremento vertiginoso de las múltiples formas de violencia contra el cuerpo de las mujeres, como expone Rita Segato (2006): “el derecho y en especial los Derechos Humanos, se encuentran indisociablemtente vinculados a la historia del progresismo desarrollo de la sensibilidad ética de los pueblos y, sin esa correlación, su eficacia se encuentra severamente comprometida”.  

Dentro de las reconceptualizaciones jurídicas en relación a los Derechos Humanos, hemos trabajado con el concepto de Joaquín Herrera (2007) de Dignidad que hace mención de las luchas colectivas emprendidas por las comunidades o grupos con objeto de reconocer aquellos bienes materiales e inmateriales necesarios, según sus concepciones, para el desarrollo de una vida digna de ser vivida. También se propone la perspectiva anti-imperialista y decolonial, aspirando al reconocimiento horizontal de la diversidad cultural y denunciando aquellas relaciones o dimensiones que perpetúan el poder desde la dinámica histórica como menciona Boaventura de Sousa Santos (2006): “Las personas y los grupos sociales tienen derecho a ser iguales cuando la diferencia los inferioriza, y el derecho a ser diferentes cuando la igualdad los descaracteriza.”

El patriarcado, el capitalismo y el colonialismo son bases constituyentes y estructurales de las desigualdades sociales, siendo específico en las mujeres. De este modo, es necesario ampliar la comprensión con respecto a las relaciones de género, a los patrones de poder, comprender que los problemas de las mujeres no son sólo nuestros sino de la sociedad. Esto pasa por cuestionar el sujeto universal de derechos, el acceso a los medios  para una vida digna, y recolocar a las mujeres, con sus particularidades, como sujetas centrales de los derechos humanos para así acercarnos a una lógica de la vida. Los derechos humanos deben repensarse y reinventarse desde las nuevas exigencias de los movimientos feministas y actoras sociales, para así continuar guiándonos por las esperanza y la generación de diálogo entre las colectividades que generen procesos de transformación. 

La Poderío

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Una revista parida en el sur, con los aires frescos, reivindicativos, inclusivos, diversos, plurales y feministas de Andalucía, pero sobre todo, con las ganas de visibilizar las historias de personas reales olvidadas en los medios de comunicación y de desgranar el sistema heteropatriarcal que las victimiza y/o criminaliza en la mayoría de los casos.

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