Retrato de una mujer en llamas
Retrato de una mujer en llamas

La Poderío

22 noviembre 2019
Este texto está en la sección La Corrala, el patio de vecinas de La Poderío donde cada una charlotea, cascarrilla y pone colorá lo que sea mientras le da el fresquito o el sol en la cara. Más agustito que te quedas, oú. Eso sí, La Poderío no se hace responsable de lo que opinan las autoras y autores, solo apoya la participación de las lectoras como espacio de libre expresión. Puedes enviar tus artículos a ole@lapoderio.com. Otra cosa, antes de hacernos las propuestas pedimos que leas nuestro ideario.

La mujer de verde/ @lamujerverdeverdegram

A través de una historia de amor lésbica, la película evoca la autodefensa de las mujeres del siglo XVIII para vivir sus disidencias. Permite vislumbrar el rastro de silencios e invisibilizaciones históricas que continúan hoy vigentes por inercia.

Retrato de una mujer en llamas es mucho más que una historia de amor. Relata también cómo se han defendido las mujeres de su opresión histórica, sin obviar su clase social. Este detalle pudiera pasar inadvertido por la agudeza y profundidad de los diálogos; la pasión orgánica e implosiva de las interpretaciones, y la feroz posibilidad de que cualquier mujer con suerte podría haber vivido en estas circunstancias. 

Sinopsis violeta

Héloïse ha permanecido cautiva en un convento preservada del mundo, moneda de cambio y recurso para su propia supervivencia. Hereda, sin desearlo, el matrimonio concertado de su hermana, que prefirió suicidarse a vivir una existencia impuesta. Algo que se nos insinúa desde una conversación privada, desde la habitual invisibilidad de la vida de las mujeres. No le es permitido elegir sus afectos. No conoce los detalles de su propio casamiento. Tampoco a su pretendiente. Su madre la casará si a un rico milanés le place su retrato. Marianne deberá pintarlo con este fin sin que Héloïse lo autorice. Sin que siquiera lo sepa.

Relación de igualdad, universo sororo

El film nos presenta a cuatro personajes femeninos que pertenecen a tres clases sociales. Establecen diferentes estrategias para conseguir cierta porción de libertad. Evitan así, por un tiempo, el pisoteo de sus deseos, necesidades y afectos. Tres de ellos tejen redes de apoyo y sororidad, se permiten vivir sin juicios y rompen las relaciones de clase en buena parte.

Se gesta una relación amorosa disidente que apoya las rebeliones de otras mujeres para poder existir. Las amantes se relacionan desde la verdad de sus ideas y sentimientos acerca de sus vidas y de sí mismas. Sin estrategias de seducción. Se reconocen iguales, entre ellas y con el resto. 

Las amantes se relacionan desde la verdad de sus ideas y sentimientos acerca de sus vidas y de sí mismas. Sin estrategias de seducción. Se reconocen iguales, entre ellas y con el resto. 

De este modo, por la coherencia de los personajes, la relación se involucra en conseguir éxito en un intento de aborto. Los métodos abortivos populares pueden enumerarse. Se representa la labor de socorro que ofrecían las curanderas cuando las mujeres se sentían en peligro ante un embarazo no deseado. También la sororidad de quienes acompañaban. 

Héloïse empuja a Marianne a mirar y a documentar gráficamente la crudeza de esta realidad; como una especie de precursora del fotoperiodismo, en una necesidad de plasmación de la propia existencia. 

Al margen del aborto, podemos ver reuniones de mujeres en plena noche para su esparcimiento, intercambiar recursos mal vistos a la luz de las buenas costumbres. Brujas. O el uso de la farmacopea para entretenerse.

Las amantes

Fotograma de las amantes en Retrato de una mujer en llamas.

Marianne es un personaje de ficción creado para representar a todas las artistas silenciadas durante la época. Surge de la documentación e investigación histórica, pues existe un florecimiento de pintoras en Francia en las postrimerías del siglo XVIII.

Denuncia la prohibición del estudio de anatomía masculina a las mujeres. Utiliza el concepto de crítica literaria, asume así la reivindicación de las capacidades de la mujer para el arte, sea en su ejecución o en su juicio. Una demanda real de las artistas del momento.

Desde los primeros instantes en que la conocemos, sabemos que haría lo que fuera por seguir pintando, que ama el arte y que está fuertemente comprometida con su propia emancipación. Es tenaz y utiliza las ventajas de las que goza para sus fines. Puede hacerlo, porque la autoridad masculina de su entorno no la aplasta del todo. Es hija de un pintor respetado en ambientes artísticos, pero su padre la utiliza, firma sobre sus obras. A cambio, parece que le legará su negocio. No tiene por qué casarse si no lo desea. Marianne viaja, conoce el mundo y a sí misma. No está en una situación convencional. 

Pertenece a una humilde burguesía, puede llegar a codearse con la aristocracia en su trabajo, y sin embargo, come en la cocina con la servidumbre. Entabla amistad con la criada. Es un personaje puente entre dos mundos, visagra en la espontánea desintegración de la jerarquía social que vivirán durante unos días. Aliada del poder hasta que comprende y se rebela. Su arco de transformación la pone en un lugar incómodo cuando se enamora. 

La reacción del personaje ante la libertad se corresponde con la de una presidiaria. O con la conquista de una capacidad física mermada. El personaje sueña con correr, bañarse en el mar, amar.

Adèlé Haenel inunda la pantalla con la ira contenida de Héloïse. Esta es su arma, su autodefensa. A pesar de crecer raptada, reprimida, no está domesticada completamente. No es una mujer ingenua. Tiene un deseo irrefrenable de morder el mundo. Es consciente de que su vida será un continuo cautiverio, pero también lo es de sus deseos, de la brevedad de su libertad. Y bebe su vida, en cuanto puede, sin dilación. 

La reacción del personaje ante la libertad se corresponde con la de una presidiaria. O con la conquista de una capacidad física mermada. El personaje sueña con correr, bañarse en el mar, amar. Tiene urgencia, no tiene experiencias vitales. 

Resulta metafórica la conversación entre ambas. Cuando Marianne le pregunta si sabe nadar. Desconoce si sabe. Al salir del mar interroga a la pintora. ¿Sé nadar? A lo que le responde. Sabes flotar. Es un personaje con la única opción de mantenerse a flote. Solo puede decidir entre vivir (flotar) o morir como su hermana. Y elige vivir. 

Su amor por la lectura propone una tertulia literaria improvisada con Sophie, la criada, y Marianne. Realizan una crítica sobre el mito de Orfeo y Eurídice. En concreto, sobre la coherencia o no de la reacción del personaje masculino, al volverse a mirar a su amada y condenarla al inframundo. El película establece un paralelismo entre la historia mitológica y la narración de la relación amorosa. El hecho de debatir la vida por medio de la literatura constituye una herramienta reconocible en la historia de las mujeres en sus autodefensas antipatriarcales.

Neutralización de la represión

Para adentrarse en la vida oculta y real de las mujeres, los personajes aparecen en momentos de intimidad. A solas. O rodeadas de otras mujeres. La ausencia presencial del varón es fundamental para que todo el eje narrativo pueda desarrollarse. Para que las mujeres campen a sus anchas por unos días. De hecho, todos los personajes gozan de una inusitada y temporal libertad, a pesar de los condicionantes patriarcales que los envuelven. 

La naturaleza se torna en una aliada de las mujeres. Provee remedios ante los embarazos no deseados. Favorece la igualación entre clases. Permite la liberación de sus cuerpos gracias al mar. La liberación de sus estados de conciencia gracias a las plantas. Es escenario para congregarlas, les otorga privacidad. Lo cual es de enorme importancia para la conquista de sus espacios de libertad. Ofrece refugio para unos usos condenados socialmente que se habitan desde lo proscrito. 

Las mujeres en su soledad es una de las características de la película.

Guion y diálogos

Claridad, simplicidad, funcionalidad son las tres premisas fundamentales de esta maravillosa obra de arte fílmica. Se transluce en su guion, que a grandes rasgos caracterizaremos de estructura circular con epílogo. Este último, un segundo final que nadie se debe perder. Muy acorde con la forma de autodefensa de las relaciones afectivosexuales en disidencia, y por tanto, discriminadas. Que no vamos a desvelar.

Los diálogos son escuetos, parcos en adornos, contenidos. Tal y como viven las mujeres en sus entornos, pues han de expresarse sumidas en el arte del disimulo. Pero también son incisivos, metafóricos, en especial en el caso de Héloïse. Cuando pregunta: “¿Ser libre es estar sola?”, podría desafiar el núcleo del mito del amor romántico o titular un ensayo filosófico feminista sobre la independencia de la mujer.

En suma, una preciosa joya visual y conceptual. Por la construcción de unos personajes coherentes y prerrománticos. Por la cohesión de todos sus elementos. Una planificación visual de sencillez pictórica; diálogo acerado, y una estructura interna volcada en la comprensión de lo oculto, de lo invisible, del recuerdo. Asimismo, por la evocación de una rebeldía histórica bien documentada. La de las amantes y también la de todas las mujeres.

La Poderío

La Poderío

Una revista parida en el sur, con los aires frescos, reivindicativos, inclusivos, diversos, plurales y feministas de Andalucía, pero sobre todo, con las ganas de visibilizar las historias de personas reales olvidadas en los medios de comunicación y de desgranar el sistema heteropatriarcal que las victimiza y/o criminaliza en la mayoría de los casos.

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