Amigas, siempre hay que tener un crush. SIEMPRE. Y a veces una puede tener varios a la vez. Una alegría de vivir, una ilusión, un brillito en los ojos, una sonrisilla pícara, un sentido que le dé colorcito al día, un rayito de luz solar o lunar que nos ensanche el alma. Aunque la RAE recomendó usar otros términos y evitar este, lo de crush, esa palabra que en inglés significa triturar y que a mí me recuerda a un choquetazo de los buenos contra algo, define muy bien este fenómeno tan generación Z que nos afecta a todos los mortales, porque, tranquilas, no hay que ser súper joven para sentirse bajo el influjo de uno.
Flechazo, amor fugaz, gustamiento a primera vista, tonteriíta, tonteo, pavazo… y todo esto sin llegar ni siquiera al roneo, ojo. A veces ni siquiera hay que interactuar, solo tiene que pasar por delante esa persona que despierte en ti todas estas emociones, que abra de golpe ese jardín que estaba escondido dentro de ti porque, como digo desde hace unos años, esos momentos de crushazos son como llevar la primavera dentro. Sí, amigas, una puede llevar la primavera dentro y ser un bosque lleno de toda su flora y de toda su fauna; una verbena con sus farolillos y su banda de pueblo tocando Ave María incluidos.
Lo que más me gusta de los crushes es la no proyección, el no necesitar llegar a materializar esa ilusión en nada palpable. Un crush puede quedarse solo en algo platónico, en la simple contemplación de un ser que para ti es la proporción áurea hecha persona, en el el despliegue de todo lo cursi que llevas dentro y también en el prendimiento de la candela más ardiente que te despierta esa criatura.
Con un crushazo la vida se ve mucho mejor. Están los típicos crushes que luego acabarán en amistad, porque hay veces que el comienzo de una amistad es como un enamoramiento; y también los crushes telefónicos con las personas que te venden cosas o con tus gestores administrativos (ni confirmo ni desmiento que esto me haya pasado). Pero es mucho más, a veces un crush es una afición, una canción, un solo de clarinete, un momento… O lo mismo es el presentador del telediario, el periodista que da la crónica del día o tu frutera, la que hace que tu vida sea mejor añadiéndole vitaminas a tu dieta.
Un crush es la sensación de sentirte viva, de experimentar que estás sintiendo cosas, de saber que no estás seca, de creerte capaz de comerte el mundo, de estar segura de que algo dentro de ti muy poderoso te va a llevar a lejanos sitios, a especiales momentos.
Un crush es la señal de que todo va bien, de que sigues en movimiento, de que estamos aquí para divertirnos, para latir muy fuerte y, en definitiva, para disfrutar y sentir mucho.
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