Hace un año, Anabella Arrascaeta (Buenos Aires, 1988) y Mari, María del Carmen Varela (Buenos Aires, 1971), crearon La que te parió, un espacio semanal nacido de la cooperativa argentina todoterreno que gestiona, entre otros proyectos, la agencia de noticias web, la productora audiovisual y el periódico mensual La Vaca.
Trabajar, criar, redactar, cuidar, comer, cerrar ediciones… y hacer un podcast para parar y repensar las maternidades y crianzas feministas. Hace un año, Anabella Arrascaeta (Buenos Aires, 1988) y Mari, María del Carmen Varela (Buenos Aires, 1971), crearon La que te parió, un espacio semanal nacido de la cooperativa argentina todoterreno que gestiona, entre otros proyectos, la agencia de noticias web, la productora audiovisual y el periódico mensual La Vaca. Desde entonces, sus programas radiofónicos de libre reproducción y descarga profundizan sobre las maternidades y la importancia que tiene reformularse los esquemas tradicionales de crianza.
Durante la cuarentena, la vida de estas dos periodistas, como la de todas, ha cambiado radicalmente. De los desplazamientos diarios de Mari y semanales de Anabella a la casa de La Vaca, MU Trinchera Boutique, donde reside su “universidad” y la infinidad de talleres que imparten, muy cerca de la céntrica Plaza del Congreso, a estar encerradas 24 horas durante 124 días de cuarentena. El aislamiento social, preventivo y obligatorio comenzó en Argentina el 20 de marzo de 2020 y, desde entonces, la zona conocida como Gran Buenos Aires continúa confinada, por lo que las esferas públicas y privadas de estas dos comunicadoras se han reducido a sus habitaciones propias, como diría Virginia Woolf.
Hablo con Anabella el 6 de abril por primera vez a través de diferentes redes virtuales y, finalmente, por teléfono. No hay semana que no intercambiemos mensajes. Ágil, risueña y proactiva, cada consulta que le hago sobre cuestiones de contextualización del complejo entramado socio–político argentino es resuelta de manera pormenorizada, siempre con algún comodín “para saber más”, por medio de referencia a lugares, autoras o libros.
Travesti, una teoría lo suficientemente buena (Muchas Nueces, 2018) fue una de sus últimas recomendaciones: “Tenes que leer el libro de Marlene Wayar, es impresionante. Sobre redacción y trans”, me escribió al charlar sobre las diferentes voces que conforman los feminismos –en plural, como siempre habla Arrascaeta– en su país. Wayar fundó El Teje, el primer periódico travesti de Argentina. Anabella incluso me aconseja una librería porteña para comprarlo, La Mandrágora. “Están haciendo envíos hoy y mañana. Seguro lo tienen”, me dice antes de reconocer que aún tiene pendiente la última obra de Wayal, Diccionario Travesti de la T a la T (Página 12, 2020).
Personas trans, directoras, actrices, películas, la idea de la mala madre o el aborto… todos los temas que se han abordado durante este año de vida del espacio radiofónico de los miércoles pasan, como nuestra conversación, una y otra vez por las maternidades.
Aborto legal, seguro y gratuito
“Fui madre a los 28 y a los 30 quedé embarazada nuevamente, teniendo un aborto espontáneo. Lo perdí y, al poco tiempo, me diagnosticaron cáncer”, me cuenta en su última nota de audio. Atónita, escucho como Anabella se enteró cuando estaba cubriendo el debate en el Congreso por el aborto legal, seguro y gratuito, “que sigue siendo una deuda de la democracia en la Argentina”, recuerda.
Mientras esperaba a que se empezase a tratar el tema en la Cámara de Senadores, se comenzó a sentir mal, fue al médico y, en ese momento, recibió la noticia: tenía cáncer, lo que le hizo pensar en la importancia del acceso a la interrupción del embarazo, derecho reconocido en Argentina desde 1921.
Consciente de sus privilegios de clase y género, explica que, además, al tener una prepaga –seguro médico privado–; su madre trabajando en la salud y, por tanto, “probablemente, habría podido acceder a una práctica segura”, su situación personal le obligó a poner en perspectiva que “el acceso al derecho no dependa de qué recursos tenés ni en dónde vivís, de dónde sos”, concluye la porteña.
Niñas, no madres
“Acá no siempre se cumplen las interrupciones legales del embarazo”, denuncia Anabella. El Código Penal argentino contempla, en el artículo 86, que el aborto no sea punible si el embarazo es producto de una violación o pone en peligro la vida o la salud de la mujer. En 2012, un fallo de la Corte Suprema de Justicia, confirmando una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Chubut, estableció las pautas claras para garantizar su acceso en Argentina, que han sido desarrolladas en el protocolo de atención de abortos no punible del Ministerio de Salud y que las provincias debieron replicar en sus respectivas normativas.
En el caso de las cerca de 3.000 niñas y 100.000 adolescentes argentinas que se quedan embarazadas, se cumplirían las dos razones contempladas para la interrupción legal del embarazo por causales, aunque “en muchas provincias, sobre todo en el norte del país, es muy difícil acceder al aborto”, explica la comunicadora.
Por ello, en el podcast monográfico Niñas, no madres, entrevistaron a Fernanda Marchese, directora ejecutiva de Abogados y Abogadas del Noroeste argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales (ANDHES), sobre los principales obstáculos en materia de derechos sexuales y reproductivos de las menores y cómo continúan perpetuándose las vulneraciones, dependiendo de en qué parte del país sudamericano residas.
La pandemia y el aislamiento social ha aumentado la vulnerabilidad de miles de mujeres y niñas, agravándose las cinco problemáticas preexistentes en Argentina, según Amnistía Internacional: “el aumento de la desigualdad económica, la violencia de género, las barreras en el acceso a los derechos sexuales y reproductivos y la sobrecarga en las tareas de cuidado, que son consecuencia de la desigualdad de género y la discriminación estructural”.
Las cifras tampoco dejan lugar a dudas. El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad informó que las solicitudes de ayuda por violencia de género desde la llegada del coronavirus a Argentina el 2 de marzo aumentaron un 39%. Esta situación de profundización en las vulnerabilidades ha sido abordada por La que te parió durante los últimos cien días.
“En tiempos de pandemia, hicimos psicólogas, psicólogas infantiles, la directora de niñez del Instituto de Salud… montonazo de cosas”, afirma Anabella, comprometiéndose a seguir enviándome información: “Yo mañana a la mañana…”, para y corrige, consciente de sus limitaciones como madre trabajadora confinada: “esta semana, para no ponerme tareas por si mañana no llego, busco los artículos y el podcast”.
Su hijo León se introduce en el fondo y la forma de nuestras conversaciones y, tras los cuidados necesarios, su madre continúa buscando contenidos para su programa de radio: “Venía leyendo el libro de Esther Vivas. ¿Qué onda ella allá y todo el tema maternidad? Y también vi el Club de las Malas madres que hicieron propuesta de teletrabajo. ¿Las conocés?”, lo que da lugar a una reflexión sobre la necesidad de pagar las facturas en el mundo capitalista, también para quienes queremos seguir siendo fieles a nuestras ideas feministas.
Un audio más y la charla nos lleva a las comadres de La Poderío y a la labor fundamental de Antonia Ceballos deconstruyendo distintas etapas de su maternidad, desde su enfado contra la comunidad “antiniños” cuando en realidad debería llamarse “antimujeres”, a la importancia de sacar a la maternidad del armario doméstico o lo que aprendió de su parto no deseado.
La última referencia que envío a la periodista argentina es muy especial: nuestra comadre María Saborido Carmona escribió su primera corrala en nuestra revista feminista andaluza justo antes de la cuarentena y para todas fue un regalo. Ahora lo comparto con Anabella, como ella hace con innumerables citas para que entienda la complejidad del movimiento #NiUnaMenos en Argentina desde 2015 o el impacto del femicidio de Lucía Pérez.
Por Lucía, por todas
“Perdona que no te haya escrito antes, pero hasta ahora no estoy en la compu”, comienza la nota de audio el 15 de junio, en la que se escucha a León de nuevo. Dura 1.34 y, por su precisión en la información, parece una pieza radiofónica: “Estamos haciendo el Observatorio de Lucía Pérez. Lucía es una chica de 16 años que asesinan en Mar de Plata en 2016. A partir de su cruel asesinato y también del tratamiento judicial y en los medios, se hace el primer paro de mujeres”, continúa la porteña, que recuerda la imagen de todas las compañeras vestidas de negro.
Cinco años después de la eclosión del #NiUnaMenos, La que te parió le dedica un programa a este registro público y autogestionado de la violencia patriarcal, que elabora un listado de los femicidios, travesticidios, muertas por aborto clandestino, tentativas de femicidio y desparecidas durante el año 2020. Solo durante el confinamiento, 135 mujeres y 29 personas trans y travestis fueron asesinadas en el país, según el observatorio. La conmemoración radiofónica del movimiento #NiUnaMenos el 3 de junio es particularmente conmovedora, ya que hablan con Marta Montero, la madre de Lucía Pérez.
Cruce de miradas transversales
Preocupadas por la visibilidad de la interseccionalidad y la transversalidad, Anabella comenta que el podcast surgió de “este cruce de miradas que tenemos las dos”, haciendo referencia a los distintos sentipensares de las dos comunicadoras responsables del programa. Ella es madre desde hace cuatro años y Mari ha decidido no serlo, aunque ha pasado por todos los estadios: “querer ser, estar embarazada, perder el embarazo y, desde hace algunos años, no buscar serlo ni tampoco desearlo”, afirma María del Carmen en otra nota de audio. No puede ocultar sus dotes como locutora. “No sé si es una decisión que yo haya tomado conscientemente, pero sí no me siento frustrada ni siento que me falte algo, por no serlo”.
En su rol de hija, Mari, que lleva 15 años vinculada a la cooperativa La Vaca, se enteró que fue adoptada a los 40 años. “Me reencontré con mi hermana melliza, que había sido entregada en adopción a otra familia, y también conocí a mi madre biológica. Fue bastante emocionante y conmocionante para mí”, afirma detallando que sintió un poco de rencor al haberla separado de su hermana.
Citando a Kate Millett, Mari reconoce que solo después entendió que lo personal es político y “pude tomar conciencia de que ella –su madre biológica– era una mujer muy joven, de menos de 20 años cuando quedó embarazada, sin haber planificado ser madre, abandonada por su novio y habiendo venido a otra provincia, sin recursos económicos, viviendo sola en una pensión… Nadie podría exigirla que ejerciera su rol de madre, ni que deseara hacerlo, ni siquiera yo”, concluye la periodista.
Si bien la ha llevado un tiempo, Varela pudo reconciliarse con sus madres y con su historia, lo que genera planteamientos diversos sobre la propia concepción de la maternidad y desde dónde se construye, lo que afecta directamente a los contenidos de su programa semanal.
“Siempre estamos muy atentas a no caer en lo clasemediero –acá grita mi hijo, apunta Anabella–, sino que pueda ser una mirada lo más transversal posible”. Ello se refleja perfectamente en la línea editorial de La que te parió, en la que se observa el interés por mostrar maternidades más allá de la heteronorma cisgénero. Para ella, “las maternidades están siendo uno de los temas fuertes dentro de los feminismos”. Y vuelve a hablar en plural, consciente de la diversidad y amplitud del movimiento.
La recuperación del control de nuestra vida en un mundo paralizado por la Covid–19 es también recurrente en nuestras charlas. Pocos días después de la enésima prórroga del aislamiento hasta el 17 de julio, Arrascaeta me manda el artículo de La Vaca en el que se recogen las principales enseñanzas de la feminista italiana Silvia Federici en un vídeo realizado por la editorial Traficantes de sueños. “Las mujeres campesinas, indígenas y urbanas están en la ‘primera línea de lucha’ por una sociedad diferente”, afirma.
No conozco a Anabella Arrascaeta ni a María del Carmen Varela en persona, pero ya son parte de las redes sororas construidas durante esta pandemia. El confinamiento nos ha hecho agudizar el ingenio y crear soluciones imaginativas frente a la precariedad, el aislamiento y el patriarcado. Precisamente, esas son las razones por las que espacios como La que te parió, se convierten en un oasis sororo para gestar futuro, apagando el ruido del capitalismo y escuchando voces subversivas sobre lo realmente importante, cómo generar maternidades y crianzas responsables y feministas.
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