Resistencias desde la Comunicación Feminista en tiempos de COVID-19
En esta ocasión hablamos sobre cómo afecta la pandemia por COVID-19 con Mar Verdejo Coto, ingeniera agrónoma, ecofeminista, paisajista, narradora con mirada abierta hacia un universo invisibilizado. También es autora del libro Fondo de mar, que habla de la lucha por la justicia, la ecología y la igualdad de seres que habitan la tierra.
Verdejo representa a Andalucía desde Almería y conversa con Jenny Rönngren, directora de Feministikt Perspektiv y Coordinadora de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género en Suecia. Rönngren nos cuenta cómo se ha vivido la crisis sanitaria en Europa del Norte, más concretamente en la capital sueca desde la que nos escribe, Estocolmo.
Agradecidas por el trabajo y la disponibilidad de nuestras compañeras Jenny Rönngren y Mar Verdejo Coto, os dejamos con ellas.
¿Cómo está afectando la COVID-19 a tu zona?
SUECIA/ Jenny Rönngren – Afecta a la vida de toda la gente, pero como siempre, lo hace con mayor fuerza sobre las que tienen menos posibilidades de protegerse, las desamparadas. Al mismo tiempo, estamos viendo un nivel incomparable de medidas para prevenir la propagación del virus. Como asegurar cuidados intensivos y mantener la economía, sobre todo, por parte de las empresas que, por las restricciones, han perdido gran parte de sus beneficios. Se está visibilizando la importancia de invertir en el estado de bienestar y en las trabajadoras de este estado que, en su mayoría, son mujeres. Algo tan subestimado, a pesar de las evidencias que existían y que, desde hace décadas, vienen reclamando los colectivos de mujeres y feministas.
La gente se está dando cuenta de que las brechas económicas, que han ido aumentando más en Suecia que en ningún otro país de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), tiene consecuencias. Resulta que las profesiones críticas y esenciales para la comunidad son niñeras y enfermeras, no consultores de relaciones públicas o CEOS. Lo que preocupa es que, a pesar de que las medidas para prevenir un desastre económico en han sido generosas, en varias regiones se esperan despidos. Las profesionales de la salud están agotadas, no pueden contar con vacaciones. Quienes trabajan directamente con la COVID-19 reciben compensación extra en su salario, pero para la mayoría, los aplausos son las únicas gracias.
ALMERÍA / Mar Verdejo Coto – Debido a la incomunicación de Almería, sus condiciones climáticas, etc. el SARS-COV-2 no ha afectado tanto como en el resto del Estado Español. Hemos tenido focos, los primeros vinieron de fuera, pero se han podido controlar. Vamos a ver cómo se desarrolla la pandemia tras el Estado de Alarma y durante el próximo otoño. Esta vez no nos puede pillar desprevenidas; más o menos, ya sabemos a lo que nos enfrentamos. Ahora toca prudencia y cuidarnos.
En cuanto a la perspectiva ambiental, cabe destacar que durante el confinamiento, cuando hemos dejado de ejercer presión, la naturaleza ha ido ocupando su espacio.
Las plantas arvenses han ido creciendo en todo su esplendor en las ciudades. Se ha observado que las criaturas del Mediterráneo se han reproducido más, e incluso hemos ido viendo imágenes sobre cómo la fauna silvestre se ha acercado a las zonas habitadas. Por ejemplo: en mi barrio los delfines se han acercado a menudo a la orilla. Esto nos ha podido crear el espejismo de que estaban mejor los ecosistemas, pero en cuanto se ha levantado el confinamiento se ha visto que incluso las emisiones de CO2 han sido mayores, como en China, porque había más demanda de la industria.
Lo que sí podemos decir es que estos dos meses en los que los países más industrializados han parado, han sido un gran experimento que la ciencia no habría podido pagar, y en el que se habrán podido medir diferentes variables y cómo éstas han afectado a los diferentes ecosistemas. Ha sido impresionante ver los cielos limpios y los cantos de los pájaros en las ciudades. Las aguas de los puertos transparentes o cómo la Naturaleza ha vivido ajena a nuestra ausencia. En Almería, como ha llovido por encima de lo que es habitual durante el confinamiento, fuera de las casas ha sido toda una explosión primaveral que por primera vez nos hemos perdido. Tenemos que ser conscientes de que no somos la única especie que habita en este Planeta y que el Planeta no nos necesita para seguir.
¿Qué incidencias sociales y económicas, o de otro tipo, destacarías de esta pandemia en los distintos colectivos de mujeres?
SUECIA/ Jenny Rönngren – Algo que destacaría es que, al saber que el virus afecta poco a menores, no se han cerrado las escuelas.
Un motivo también ha sido que calcularon que una tercera parte de profesionales de la salud no habría podido trabajar de haber tenido a sus hijas e hijos en casa. Esto es consecuencia de que Suecia tiene menos espacio de atención médica que cualquier otro país de Europa por falta trabajadores.
Institutos y universidades sí cerraron, la enseñanza es virtual, y como no hemos tenido confinamiento, la mayoría de la gente, si puede, sigue trabajando desde su casa. Los viajes o las visitas a restaurantes y eventos culturales o deportivos han disminuido mucho. La estrategia de la autoridad en salud pública ha sido, sobre todo, proteger a la población mayor de 70 años.
Sin embargo, debido a los recortes en materia de bienestar no ha habido conciencia a la hora de invertir en esto y no se lograron frenar los fallecimientos. El 75% de las personas muertas en Suecia es gente anciana que vivía en residencias o recibía cuidados en el hogar.
ALMERÍA / Mar Verdejo Coto – Esta pandemia ha vuelto a poner sobre los focos la importancia de los cuidados y la alta presencia de las mujeres en sectores como el sanitario, cuidados, limpieza, comercio, enseñanza, y por tanto, lo expuestas que han estado frente a la COVID-19 los primeros sectores que he citado. Además, las mujeres están peor situadas frente a la pobreza y a la precariedad laboral, tanto para afrontar esta crisis como una nueva.
Cabe destacar la sobrecarga del trabajo sanitario y servicios esenciales, en las tareas domésticas y de cuidados, mayor pobreza, sobre todo en familias monomarentales, y precariedad laboral. En el Estado hay 1,8 millones de familias monomarentales, el 82 % son madres que están solas y el 50 % están en riesgo de exclusión social. Sin olvidarnos del aumento de violencia doméstica que han sufrido las mujeres durante este confinamiento. Se va a hacer difícil seguir trabajando y hacer frente a esta compleja situación a la que se enfrentan y nos enfrentamos como sociedad del siglo XXI.
La conciliación familiar es otro de los puntos que deberán tener en cuenta los lugares de trabajo ante la nueva situación que nos plantea esta pandemia.
¿Cómo afecta esta pandemia y la situación que genera en la violencia hacia las mujeres? ¿El gobierno de tu país ha tomado alguna medida o puesto a disposición de la población algún mecanismo para poder denunciar o ser atendida por violencia de género?
SUECIA/ Jenny Rönngren – Tanto el movimiento de mujeres como las casas de acogida están viendo diferentes escenarios. Se observan un aumento [de la violencia], también un silencio, y la mayoría de las veces se recibe información sobre situaciones muy complejas. Aunque no hemos estado confinadas, se recomienda el aislamiento a quienes pueda hacerlo. Las mujeres que ya están en contacto con líneas de ayuda indican que el aislamiento hace que sufran un mayor control de sus agresores hacia ellas.
ALMERÍA / Mar Verdejo Coto – Los recursos para la Violencia de Género han funcionado. No me consta que se hayan adoptado medidas nuevas para ello. Los teléfonos han seguido funcionando, los whatsapp, correos electrónicos, colegios profesionales como el de Psicología, Farmacia, etc. Se ha promocionado la Mascarilla 19 en las farmacias, pero la atención psicológica grupal y jurídica presencial se suspendió. La Junta de Andalucía tomó medidas adicionales dirigidas a víctimas de trata, explotación sexual y mujeres en contexto de prostitución.
¿Cómo están actuando las organizaciones de mujeres?
SUECIA/ Jenny Rönngren – Los colectivos de mujeres saben para las víctimas de violencia de género es más difícil pedir ayuda en tiempos de aislamiento social, como son las vacaciones, las navidades, incluso fines de semana, Por eso se preparan para lo que viene después. Ahora, con la pandemia, la pregunta ha sido ¿cuándo va a venir el después? Nadie sabe.
Por eso se ha alertado sobre los peligros y mucha de la información se ha trasladado a través del teléfono a los grupos de chat, mensajes y otras formas de comunicarse virtualmente. Se está observando cómo están actuando los colectivos de otros países para ver si se puede replicar.
Por ejemplo, hay municipios donde se está empleando la palabra código mask19, como en Francia, para pedir ayuda en farmacias, uno de los espacios donde la víctima podría alertar sobre una situación de peligro. A nivel nacional se están intercambiando y buscando nuevas formas para llegar hasta ellas. El gobierno ha redoblado los fondos para estos protocolos, ha pedido a la autoridad correspondiente que explore los métodos más efectivos y el empleo de un procedimiento rápido para repartir los fondos.
ALMERÍA / Mar Verdejo Coto – Será digno de estudio la respuesta de las mujeres ante la estupefacción en la que nos encontrábamos al inicio del Estado de Alarma. Ante la falta de recursos de EPIs, como mascarillas, por ejemplo, se pusieron a coser hasta desfallecer. Ante la falta de comida para alimentar a la población vulnerable y sin recursos, se organizaron y crearon comedores. La ciudadanía y, en especial, las mujeres han ido más rápido que las administraciones.
Me gustaría resaltar que tanto la ONU como la OIT (Organización Internacional del Trabajo) coinciden en que el coronavirus tendrá un coste más elevado para las mujeres, porque son quienes sostienen los trabajos claves para la supervivencia durante la pandemia, tanto en el ámbito sanitario como de cuidados, y en el hogar, por lo que se crea una desigualdad en el mercado laboral y social, al cerrarse las escuelas, guarderías, centros de mayores, etc.
¿Cómo se está informado a la población de la pandemia desde los medios de comunicación y la situación de las y los periodistas?
SUECIA/ Jenny Rönngren – Con un escenario ya de por sí bastante crítico para los medios de comunicación y el periodismo, mucha gente del sector tememos lo peor. El apoyo económico que desde el Estado se ha hecho a empresas que han sufrido despidos temporales, pagando parte del sueldo, no sirve para los medios, donde ahora hay más trabajo que nunca. Así que el sector ha negociado una ayuda en compensación por las pérdidas sufridas por falta de ingresos publicitarios para que las periodistas puedan seguir trabajando.
Aún así, hemos visto despidos, y para periodistas freelance el panorama ha sido muy oscuro. El sindicato de periodistas ha establecido un fondo para ellas, pero la cantidad que pueden recibir es más bien simbólica.
Sobre los contenidos, tanto políticos como periodistas, al principio han sido muy prudentes por la complejidad y falta de información de la situación. La estrategia sueca tiene en cuenta que las medidas a tomar deben funcionar a largo plazo, hasta que haya vacuna o inmunidad comunitaria. Por eso, y probablemente por nuestra forma de organizar los poderes del estado y sus competencias, donde las autoridades locales son muy independientes, eligieron no cerrarlo todo.
La recomendación principal ha sido aislarse ante la posibilidad de padecer la enfermedad, y hay incentivos económicos especiales en esta situación para quienes lo necesitan y deciden seguir los consejos. Las restricciones son, mayormente, recomendaciones, pero para la gente que queda al margen del sistema de salud, para todas aquellas personas que no han podido elegir trabajar desde casa, grupos de riesgo que no pueden permitirse dejar de trabajar o que por diferentes razones no pueden guardar distancia, no ha sido fácil protegerse. Quienes han cuestionado esto han recibido muchas críticas.
Hay un excepcionalismo sueco que proviene de un tiempo donde íbamos hacia una mayor igualdad, que ha puesto al país en la cima de muchas clasificaciones globales, y que habla de la gran confianza que depositamos en las autoridades. Mucha gente no quiere darse cuenta de que esto no sirve para los sectores vulnerables de la sociedad.
Sin embargo, con el tiempo, los medios han ido aclarando información sobre las razones de la estrategia sueca. Han visibilizado el impacto que ha tenido la precariedad en los cuidados a la población anciana, y las condiciones en las que se trabaja dentro de este sector.
ALMERÍA / Mar Verdejo Coto – Ha habido mucho ruido y, a pesar de tener muy bien definidos los canales oficiales, se ha manipulado mucho la información para la confrontación. “Divide y vencerás” dicen, pero no somos conscientes de que esto es una pandemia y de lo que representa. Hemos pasado mucho tiempo informándonos o mal informándonos. Una información veraz es la que nos hace ser libres.
¿Cuál es el papel que están jugando las fake news en esta alerta sanitaria?
SUECIA/ Jenny Rönngren – Cómo se están buscando soluciones científicas a esta pandemia, están circulando muchos estudios no comprobados o inacabados, algo que normalmente no hubiera llegado a tener mucha repercusión. El papel de las periodistas especializadas en salud ha sido explicar la relevancia o no de forma general, y ordenar la confusión que se da en las redes sociales.
Hay espacios en las redes donde solamente se comprueba lo que se dice, y se excluyen otros puntos de vista, algo tan grave como lo ocurrido en EE UU, donde el presidente saca cualquier estudio o declaración que le conviene, como tomar medicina contra malaria, o desinfectarse internamente . El 4% bebe o hace gárgaras con soluciones diluidas de cloro, agua jabonosa o desinfectantes para prevenir la infección con COVID-19.
ALMERÍA / Mar Verdejo Coto – Hay que reconocer que estamos muy desinformados en temas relacionados con medicina, y sobre todo, aquello que tiene que ver con la epidemiología, por lo que fácilmente hemos sido catalizadores de las llamadas noticias falsas. Las fakes news ha sido la otra pandemia a la que nos hemos tenido que enfrentar, su propagación es muy rápida y perviven en las redes sociales más tiempo que las veraces. Juegan un papel muy importante porque se utilizan para atacar a nuestra democracia. Hay que negarse a propagarlas, tenemos responsabilidad individual también a la hora de llenar el espacio público de mentiras.
ALMERÍA / Mar Verdejo Coto
Es momento de cautela, de reencuentros, de cuidados y de no olvidar que hemos llegado hasta aquí con el esfuerzo de todas y el sacrificio de profesionales que han estado dándolo todo para cuidarnos.
También es hora de poner los cuidados en el centro, que son vitales para mantener la vida en este Planeta, y tienen que ser eje principal en las políticas que se vayan a aplicar, y en la “que los hombres tienen que asumir también, por lo que hay reforzar este estado del bienestar”, como nos dice la filósofa ecofeminista, Alicia Puleo. Y por supuesto, no olvidar la importancia de proteger la biodiversidad. En estos dos caminos hay que hacer hincapié porque va a ser la mejor inversión que podemos hacer para todos los seres vivos de este Planeta y para las generaciones venideras.
Urge hacer una transición ecológica justa, solidaria y sostenible porque esta pandemia es causa de que los ecosistemas no están completos y del estilo de vida que tenemos. “Teníamos la vacuna contra esta pandemia y contra otras muchas, se llamaba Naturaleza en buen estado”, nos dice el científico del CSIC Fernando Valladares. Uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos es a un estado de ecobienestar o, como a mi me gusta decir, del buen vivir.
Aunque el problema es global, y necesitamos políticas valientes para poder afrontarlo, también es el momento de actuar en lo local, desde lo individual, siendo solidarios y solidarias con lo cercano, con el mercado local, con la agroecología, etc.
Esta pandemia no ha afectado a todas las personas por igual; las desigualdades sociales, la precariedad laboral o el lugar que se habita han puesto de relieve que como sociedad hemos fracasado.
La Humanidad en el S.XXI se enfrenta a un gran reto. ¿Estamos dispuestas a afrontarlo?
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