Resistencias desde la Comunicación Feminista en tiempos de COVID-19
Llevamos 48 días de confinamiento, desde ese 14 de marzo ya lejano en el que se decretó en nuestro país el estado de alarma para contener la expansión de la pandemia. En este tiempo, La Poderío ha querido acercarse a las distintas realidades que se están viviendo en Andalucía y también saber qué ocurre más allá de nuestras fronteras. Pensamos que es interesante poner a dialogar lo micro con lo macro: lo local y lo global. Nos interesa conocer qué está pasando y cómo se está viviendo este tiempo kafkiano de pandemia global por la Covid19.
Con este propósito hemos acudido a compañeras de medios locales y comunitarios de nuestra tierra y de otros países. El relato de estas mujeres nos permite coger perspectiva de esta película que, de norte a sur y de este a oeste, asola el planeta. Para ello hemos contactado con compañeras de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género – RIPVG y con otras tantas, para hacerles esta petición de construir un relato común.
Nuestra petición ha sido escuchada y a partir de hoy La Poderío os irá sirviendo lo que nos han ido relatando. Cada fin de semana dos compañeras contarán cómo se convive con el coronavirus en su barrio, pueblo, ciudad o país. ¡Gracias compañeras por vuestro tiempo y vuestro saber contar!
El relato que os servimos hoy, lo comparten desde Málaga Rafi Virella, comunicadora de la radio comunitaria Onda Color del barrio de Palma Palmilla y, desde Medellín, Sandra Valoyes Villa, periodista de la Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género.
Os dejamos con ellas.
¿Cómo está afectando la COVID-19 en tu barrio, ciudad o país?
MÁLAGA / Rafi Virella- Primero quiero contextualizar un poco. En mi barrio, la zona donde vivo, es una zona de exclusión social con una población de unos 20.000 habitantes, ya que el distrito completo tiene unos 30.000 sin contar los no censados. Como es la zona más grande dentro del distrito, asciende más o menos a lo que he comentado.
Antes de la pandemia había un altísimo desempleo en la población en general, con familias muy desestructuradas, con escasa formación, con pocas habilidades y competencias. Esto ha pasado de generación en generación: la herencia ha sido el afianzamiento en la exclusión, las familias son muy tradicionales con un acento muy fuerte en el patriarcado, haciendo indiscutible el mandato del hombre y lo más terrible, que las mujeres jóvenes aceptan el control que ejercen sus parejas sin resistencia, con una visión de normalidad, y en algún caso con gusto, entendiendo que el hombre con autoridad es más fuerte y por lo tanto más aceptado por su entorno, más atractivo.
La economía en este territorio está deprimida, dado que el porcentaje de desempleo es de un 70%, siendo mucho mayor en los jóvenes, quienes sin muchas expectativas de futuro, sin ambiciones, sin hacerse preguntas, van viviendo al día.
La población, en la mayoría de los casos, con trabajos de venta ambulante, recogida de chatarra o trapicheos, está muy sujeta al asistencialismo de las administraciones. De ese 30%, las mujeres que trabajan fuera de casa lo hacen en servicios de limpieza y de cuidados de mayores. En la mayoría de los casos sin contrato; en el caso de los hombres, en la hostelería o la construcción y en algunos puestos de trabajo que se mantienen en colectivos que trabajan dentro del barrio y se desarrollan en el área social. Se sostienen a través de subvenciones y atienden a la exclusión social. Son colectivos del barrio que han visto una fuente de ingresos en su actividad que beneficia la exclusión: no salir de ella perpetúa su sostenibilidad.
La pandemia ha venido a agravar todos estos problemas, con poca salida para las familias que arrastran todas estas condiciones. Ahora se complica mucho más la situación dadas las pocas posibilidades de acceder al empleo por la baja cualificación.
Se presenta una situación muy grave y dramática: si antes costaba muchísimo trabajo encontrar empleo, ahora se verá aumentado en una proporción incalculable, poniendo en jaque a la población y con una responsabilidad muy grande hacia los agentes sociales del Tercer Sector. Por eso, desde los movimientos y procesos como es la mesa de empleo del Plan Comunitario Proyecto Hogar de Palma Palmilla, compuesta por más de 14 entidades volcadas en la orientación laboral, la prospección, las habilidades prelaborales, competencias personales, entre otras, son las acciones que trabajan en red, entendiendo la importancia de la unión y con la mirada puesta en lo importante: el vecindario.
Se está estableciendo un trabajo estratégico para poder localizar nuevos yacimientos de empleo, investigando todos los posibles sectores para poder después adaptar la formación a esos campos, para que la población tenga una oportunidad. Pero todo esto tiene que estar complementado con una protección económica a las familias para que se puedan formar.
Ahora más que nunca las necesidades son acuciantes, hay que partir de lo necesario para mejorar sin dejar de lado lo esencial y urgente que es poder poner un plato de comida en la mesa. Si no fuese así, las consecuencias van a ser mucho más dramáticas, no siendo posible cubrir las carencias existentes para encontrar trabajo con un mínimo de la cualificación exigida.
COLOMBIA / Sandra Valoyes Villa – La situación actual colombiana, país latinoamericano con cerca de 50 millones de habitantes, derivada de la atención de la emergencia por la declarada pandemia de la Covid-19, ha dejado en evidencia problemas sociales, sobre todo, los asociados al sistema de salud y laboral por las precarias condiciones en las que se encontraban estos dos sectores previo a la emergencia del coronavirus.
Con el panorama de la informalidad y el desempleo el país, una vez se fueron tomando las medidas para contener el virus, entre ellas la cuarentena, se empezaron a anunciar y hacer efectivos despidos de todo tipo, incluyendo el de periodistas y profesionales de los medios de comunicación donde hay casos reconocidos de la Revista Arcadia y Semana y como llamamos la atención desde la Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género en nuestro sitio web, sobre la situación de periodistas del departamento de Boyacá. Asímismo se cancelaron pautas publicitarias a medios independientes y con ello las posibilidades de acceso a recursos económicos de estos profesionales también independientes.
Por la medida del “aislamiento preventivo obligatorio”, tanto el gobierno nacional como los gobiernos locales, han girado su atención pública en un alto grado a la virtualidad, lo que puede profundizar las brechas que antes de la pandemia ya existían en una parte de la población colombiana frente al uso y apropiación de las tecnologías de la información y la comunicación.
En el informe sobre la Implementación del Capítulo ‘J’ de la Plataforma de Beijing: Mujeres, Medios y Comunicación en Colombia 2020, quedó en evidencia en una encuesta desarrollada en 2018 por el MinTIC, que “el 19% de mujeres que aún no han superado la brecha de acceso se encuentra representado por mujeres indígenas, del sector rural, de mayor edad y de estratos socioeconómicos 1 y 2”. Sin embargo, y según las brechas encontradas en distintos sectores sociales es probable que haya un subregistro tanto para la conectividad de las mujeres como de hombres.
Preocupa la situación en general de las mujeres y en el momento aquellas que participan en el talento humano del sistema de atención en salud. Por ello, consultamos con la profesora de Salud Colectiva de la Universidad Nacional de Colombia, María Carolina Morales Borrero, quien es odontóloga formada en Salud Pública e integrante de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social. Nos cuenta que las mujeres tienen una alta participación en el sector y, por ello “los daños se asocian a que no se les suministran los insumos adecuados».
Los procesos y condiciones de trabajo son cada vez peores en situación de pandemia, y allí se precariza más el trabajo de la mujer, por tiempo de trabajo (tienen jornadas más largas), por tipo de trabajo (porque son el personal auxiliar) y por el cargo porque en general, las mujeres tienen puestos subordinados dentro de la jerarquía que hay en el sector de la salud. Entonces en general si vemos la participación de las mujeres, primero mayoritaria y con mayor precarización dentro del sector salud, pues vamos a encontrar efectos a todo nivel y de diferente manera”.
¿Existen incidencias destacadas de esta pandemia en los colectivos de mujeres?
MÁLAGA / Rafi Virella- La Asociación de comunidades “Nuestros Barrios” está realizando una labor de asesoramiento y acompañamiento junto al proyecto de comunidades del distrito, donde estas encuentran el apoyo para ir resolviendo los problemas del día a día de sus edificios. Vecindad que llegan a conformar verdaderos héroes, heroínas, ya que realizan una labor de hormiguita para mejorar y sacar adelante las comunidades. Muchos de los casos con problemáticas muy graves, y en estos momentos con el decreto de alarma y el confinamiento se hace imprescindible el contacto con el vecindario para que no se sientan solas y puedan encontrar el apoyo a cualquiera de sus preocupaciones.
Las mujeres tienen una capacidad de resiliencia bastante importante. Por lo que sé, y aunque con mucho trabajo y esfuerzo, podrán adaptarse a las nuevas circunstancias y salir adelante, les será mucho más complicado remontar. Muchas a lo largo del camino se verán agotadas, frustradas, perdidas, pero seguirán aceptando y recomponiéndose a cada paso.
COLOMBIA / Sandra Valoyes Villa – Las organizaciones de mujeres han estado muy atentas con las situaciones que se vienen presentando alrededor de las violencias machistas. También han usado las tecnologías de la información y la comunicación para visibilizar temas que poco o nada circulan en la agenda mediática, como la situación de las mujeres en la economía nacional antes y durante la emergencia creada por la pandemia.
Colectivos de mujeres han llamado la atención sobre temas como la carga de cuidados para las mujeres que implica “el aislamiento preventivo obligatorio”. Han generado alertas sobre la vulneración en salud, seguridad social y otros derechos de las mujeres indígenas, afrodescendientes, trabajadoras informales y domésticas, mujeres penadas, en ejercicio de la prostitución y poblaciones LGBTI.
En esa línea han promovido información para la comprensión de dichos temas y redes solidarias para apoyar a las poblaciones que están en situaciones de mayor vulnerabilidad.
En el caso de las mujeres que se encuentran en centros de detención carcelaria, el medio Colombia Informa, ha registrado denuncias sobre la poca información de las personas que en las cárceles se encuentran con el virus, y aún más, sobre el número real de muertes en los motines que en estos lugares se presentaron en el mes de marzo.
¿Cómo afecta esta pandemia y que situación genera en los casos de violencia hacia las mujeres?
MÁLAGA / Rafi Virella- La violencia de género no entiende de pandemias y se ve agravada por la situación de confinamiento dada la frustración que sienten los maltratadores al ver coartada su necesidad de hacer lo que quieren en cada momento. En este aspecto, se está dando la información a través de los medios que disponemos, como la red que se ha creado con un grupo de WhatsApp, dónde están quienes presiden las comunidades y otras vecinas que se han ido sumando para poder ayudar a las mujeres que se encuentran en una situación de maltrato, agravada por este tránsito de confinamiento.
Hay también acciones desde el Área de Igualdad del Ayuntamiento de Málaga y se difunden todos los recursos que están disponibles, haciendo llegar la información dentro del barrio. También se traen a Palma Palmilla iniciativas que en otras zonas se han aplicado, como ir a las farmacia a pedir Mascarilla 19, poniendo en alerta los casos de maltrato.
COLOMBIA / Sandra Valoyes Villa – Una de las medidas que ya he nombrado, tomadas por el gobierno colombiano para contener la pandemia, es el llamado “aislamiento preventivo obligatorio” que inició en todo el país el 24 de marzo (aunque empezaron algunas ciudades como Bogotá y departamentos como Antioquia desde el 20 de marzo).
Durante la cuarentena, aunque se han reducido todo tipo de crímenes, entre ellos el homicidio y el hurto (este último ha caído entre un 80% y un 90%), se ha aumentado la violencia en contra de las mujeres, o por lo menos las llamadas realizadas a líneas nacionales y locales dispuesta para la atención o denuncia.
Antes de la emergencia ya existía la línea púrpura 155 de orientación de la Policía Nacional, y en ciudades como Medellín, se ha contado con una línea de emergencia: 123 Mujer para la atención de estos casos. En ambas se han incrementado las llamadas de manera alarmante.
En rueda de prensa realizada el 6 de abril de 2020, la Fiscalía General de la Nación reportó en dieciséis días de aislamiento (entre el 20 de marzo y el 4 de abril de 2020), 12 casos de feminicidio y 578 llamadas para denuncias de violencia machista. La Policía Nacional, a través de la línea 155, exclusiva de atención y orientación sobre violencias hacia las mujeres, registró en sólo cinco días de quedarse en casa (25 al 29 de marzo) 3.376 llamadas.
En la ciudad de Medellín, la segunda más grande de Colombia por número de habitantes, la línea 123 Mujer recibió 1.432 llamadas entre el 20 de marzo y el 7 de abril, cuando en el mismo periodo de tiempo en 2019 se presentaron 684, es decir, un aumento del 47.7% para la primera fase de la cuarentena.
Las entidades encargadas de atender las situaciones de violencia que se presenten en contra de las mujeres están prestando servicios de manera virtual y en casos que se lo exige, se realiza una atención presencial. Adriana Herrera Beltrán, procuradora delegada, explicó en la citada rueda de prensa que, en una encuesta realizada a las 1273 Comisarías de Familia del país -diligenciada por el 49.88% de ellas-, se indica que el 86.4% está garantizando la atención 24 horas y 7 días a la semana en un 73% en modalidad virtual. Sin embargo, y aunque señala el uso de medios y tecnologías por parte de las comisarías para el desarrollo de esta actividad, no ocurre lo mismo por parte de la ciudadanía que no tiene el suficiente acceso a las TIC.
Para atender la violencia contra las mujeres en esta emergencia el gobierno nacional ha expedido un paquete de normas, entre ellas el decreto 460 del 22 de marzo, “por el cual se dictan medidas para garantizar la prestación del servicio a cargo de las comisarías de familia, dentro del estado de emergencia económica, social y ecológica” y la resolución 595 del 3 de abril, “por la cual se determinan los criterios para la asignación y distribución de recursos para la implementación de las medidas de atención a las mujeres víctimas de violencia por parte de las entidades territoriales”.
La abogada Dora Saldarriaga Grisales, Concejala de Medellín del movimiento político Estamos Listas considera que aunque “los decretos son apropiados, requieren más efectividad, por ejemplo, “advertir de la captura en flagrancia en estos momentos” llamando la atención que si en la ciudad una vecina o vecino llegase a escuchar algún episodio que refiera al maltrato hacia una mujer que “efectivamente pueda llamar al 123 y que llegue la policía para actuar”.
Tanto en Medellín como en Bogotá, adicional a las líneas locales o nacionales de atención de casos de este tipo de violencias, se han habilitado otras líneas de información y apoyo por Whatsapp, al identificarse esta como una herramienta ampliamente usada. En Bogotá está abierto el número para Whatsapp: 300 755 18 46 y en Medellín las líneas de Whatsapp: 3154064194 y 3214677071.
Estamos Listas es un movimiento político creado por mujeres pionero en el país, pues es el primero con estas características que obtiene un escaño en un Concejo municipal. Una de sus propuestas referidas al tema y que se estaría implementando en la capital de Antioquia es la instalación de albergues para hombres agresores. Una medida que cambia la modalidad en la que las que salen de sus casas son las mujeres víctimas con sus hijos e hijas. Una medida que aún se desarrolla en el país, incluso en las más recientes normas adoptadas para atender la emergencia por la pandemia, cuando se han destinado 65 inmuebles (de extinción de dominio) como casas de refugio para mujeres víctimas de violencia en Bogotá y otras zonas del país.
Para casos de no atención o mala atención por parte de las instituciones encargadas de la atención y protección de las mujeres, la Procuraduría General de la Nación tiene dispuesta la línea en Bogotá: 587 87 50 y el correo electrónico: auxilio@procuraduría.gov.co
Además, varias organizaciones de mujeres en el país, han dispuesto de su personal para apoyar a aquellas mujeres que no alcanzan a ser atendidas por las líneas públicas, han generado a su vez despliegue en comunicaciones y protocolos o manuales para el autocuidado en situaciones de inminente violencia. Y también han convocado a realizar aportes solidarios para aquellas que han quedado sin empleos o que obtenía sus recursos de trabajos informales o del trabajo doméstico.
¿Cómo se está informado a la población de la pandemia desde los medios de comunicación?
MÁLAGA / Rafi Virella- La comunicación está jugando un papel muy importante dentro del barrio. La radio comunitaria de Palma Palmilla, Onda Color, está haciendo un trabajo de información y entretenimiento realizado por la gente de la emisora, aportando su preocupación y trabajo en búsqueda de soluciones, participando dentro de la estructura establecida y consolidada desde hace años, atendiendo los campos de la educación con un el proyecto “Aprender con onda”, que puede facilitar el aprendizaje del alumnado del barrio, haciéndole llegar los contenidos curriculares que deberían estar impartiendo en sus clases.
Nuestra radio comunitaria promueve la movilización de las entidades para el día después, trabajando en conjunto para que no nos pille al descubierto cuando el trabajo de primera urgencia haya acabado, realizando programas informativos, dando a conocer cómo está la gente, sus opiniones y vivencias, cómo se está desarrollando el confinamiento y cómo se está generando una red de apoyo mutuo.
Onda Color, en colaboración con la Red de Medios Comunitarios, está produciendo también el programa «El Otro Coronavirus» donde cada domingo, junto a otras radios comunitarias del país, se aborda toda la información sobre la pandemia y las acciones que se desarrollan desde la ciudadanía a través del apoyo mutuo. En casi todos los programas se trata el tema de comunicación con una tertulia que desgrana lo que ha pasado con la Ley de Comunicación Audiovisual de Andalucía, la importancia que tiene y cómo nos implica a todas las comunitarias y al conjunto de la población, ya que permite desarrollar nuestro derecho de acceso a la comunicación y a los medios públicos y comunitarios.
COLOMBIA / Sandra Valoyes Villa- Aunque no se ha realizado un análisis profundo del cubrimiento informativo sobre la pandemia por Covid-19 en el país con enfoque o perspectiva de género, hay una percepción sobre la hiperabundancia de información que se despliega a diario en los medios de comunicación y, en especial, en los programas de corte noticioso.
Los temas más recurrentes, además de los datos sobre el aumento de los contagios, muertes y personas recuperadas por Covid-19 a nivel nacional en aquellos donde se encuentra el foco de la pandemia (Europa y Estados Unidos), la información se asocia a la tensión entre la salud para el salvamento de vidas humanas y la economía con sus efectos en la población, que transita en las medidas que el gobierno viene adoptando para mantener a flote a las empresas y la asistencia a la población, que siempre lo ha requerido pero que se hace más evidente hoy por la cuarentena.
En general, el manejo de fuentes es oficialista y se recurre poco o casi nada a la diversidad. Algunos medios han hecho referencia al subregistro en las cifras y una muy escasa información sobre hechos relevantes como el amotinamiento en varias cárceles del país en el pasado mes de marzo, que según cifra oficial dejó 23 muertos. La información que se da a conocer es la de las principales ciudades pero se desconoce la de sitios alejados de las capitales.
Se ha evidenciado la precaria situación del personal de la salud, quienes se han manifestado en las puertas de los hospitales denunciando la falta de salarios durante meses y las condiciones inestables para desarrollar su trabajo frente a la pandemia por Covid-19. Así mismo, los medios han mostrado las difíciles condiciones de las personas migrantes venezolanas.
La percepción es que se sigue observando más varones como fuentes expertas tanto en los temas de salud: epidemiología, salubridad, virología, medicina, psiquiatría, etc. como en economía, gremios y sindicatos, por nombrar los que se han hecho más visibles por estos días.
Cuál es el papel que están jugando las noticias falsas o fake news en esta alerta sanitaria.
MÁLAGA / Rafi Virella- El trabajo que viene desarrollando Onda Color supone un gran esfuerzo de adaptación, de tiempo y de coordinación. Un trabajo que viene a mitigar el daño producido por los bulos y las fake news que llegan a la gente acentuando las desigualdades, abriendo la brecha de distancia entre lo diferente, contaminando la labor que se hace. Se está advirtiendo y concienciando en este aspecto: no hay que hacer caso a ninguna noticia que no esté contrastada y que no venga de una fuente fidedigna.
COLOMBIA / Sandra Valoyes Villa – Las fake news han estado presentes durante toda la emergencia, las noticias van desde aspectos alusivos a las vacunas o medicinas contra el coronavirus, la venta de pruebas para su detección, la entrega de ayudas a personas empobrecidas y población migrante e incluso para la interrupción del embarazo en tiempos de pandemia. Los medios masivos de comunicación han alertado sobre algunas de ellas, en Colombia existen sitios web para la verificación de la información como Colombiachek.com, pero la proliferación de las falsas noticias al parecer ha sido más alta que la ofrecida por la pandemia de la Covid-19 y se han extendido en redes sociales virtuales entre las que se destaca Whatsapp.
UNA ANÉCDOTA QUE NOS CUENTA RAFI VIRELLA:
Ayer atendiendo a las familias por teléfono, solicitando ayuda de alimentación, me paré en una cosa: todas las llamadas eran de mujeres, en solo tres horas y más de 50 llamadas, solo un hombre llamó, curioso, pero cierto. En las de cientos de llamadas que llegan todos los días, todas son mujeres, madres, abuelas. Es tanta la carga que soporta la mujer, y en estos barrios, en mi barrio, mucho más. He normalizado tanto el papel que, a veces, pasa desapercibido. La Covid-19 ha llegado arrasando todo a su paso, cargando con más responsabilidad, en las espaldas ya doloridas por la vida, de las mujeres.
Una vez más soportarán el peso de las circunstancias y los acontecimientos, ahora por un virus que no entiende de luchas, desigualdades, oportunidades, ni ninguna otra cosa que se nos ocurra. El saco de boxeo donde van a parar todos los golpes, por uno u otro motivo, y en estos barrios donde la voz de la mujer queda apagada aún más, en algún momento despertará, volverá a buscar su camino y los espacios donde se escuche su voz, ¡Ay!! Estaremos para animarla a que se despoje del arrastre para dejar paso al grito, ofreciéndole el medio, para que se haga preguntas, para que se encuentre consigo misma.
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