De vez en cuando es necesario parar, coger aire, mirar a nuestro alrededor y soñar con nuestro futuro para crearlo juntas. Eso hemos hecho en La Poderío gracias a Sergio Álvarez-de-Neira Pueyo, de Facilitando, y hoy nos abrimos en canal para contarte el proceso.
Nuestros tiempos son lentos como los de un buen potaje cocinado sin prisas y con mucha atención y amor. Vamos despacio porque vamos lejos. Y porque vivimos, como el resto de nuestras vecinas, instaladas en la precariedad que nos obliga a centrarnos en lo urgente (ganarnos las habichuelas) y no en lo importante (este medio tan necesario que hemos gestado y parido entre todas y que tantas alegrías nos da). A veces no llegamos, nos autofustigamos, lo pasamos mal; pero luego nos reunimos todas de forma presencial, nos achuchamos y nos damos un chute de energía para seguir para adelante. Todo eso está en el trasfondo de La Poderío, lo que no se ve, pero que nos atraviesa. Lo hacemos lo mejor que podemos, pero somos conscientes de que queda mucho por mejorar.
Así que antes de contaros el proceso, entonamos un pequeño mea culpa (sin fustigamiento ninguno) porque este artículo llega un pelín más tarde de lo que nos hubiera gustado. Pero nosotras, como nuestras madres y nuestras abuelas, somos muy de refranero y creemos que más vale tarde que nunca.
Todo empezó en una asamblea hace unos meses. Amal nos hizo llegar la propuesta de Sergio Álvarez-de-Neira para facilitarnos un proceso sobre efectividad grupal. A todas nos pareció una idea excelente porque a veces somos un pelín caóticas y, de nuevo nuestro sabio refranero, sabemos que el que mucho abarca poco aprieta. El primer paso fue rellenar de forma anónima un cuestionario muy sencillo, pero muy útil para pararnos a pensar en nuestra actividad. Con la información de ese cuestionario, Sergio preparó la dinámica.
Después de muchos intentos, conseguimos estar más o menos todas (recordad que vivimos en diferentes puntos de Andalucía) y nos reunimos en la que ya consideramos nuestra casa, La Invisible, en Málaga.
La facilitación fue una experiencia muy positiva porque además de darnos la oportunidad de juntarnos y darnos calorcito, que eso siempre nos gusta, nos proporcionó un espacio adecuado para expresar cosillas que llevábamos dentro y que no siempre tenemos lugar ni espacio para comentar con las compañeras. Trabajamos en 5 áreas: resultados, personas, interacciones, procesos y estructuras.
Con la ayuda de posits, qué to’l mundo sabe que son la base de la metodología participativa, fuimos dotando de contenido esas áreas. De forma individual y desde nuestra visión subjetiva, compartimos qué habíamos alcanzado y que quedaba por consolidar en cada una. Ordenamos nuestras ideas y visiones sobre el proyecto que habitamos conjuntamente, le cogimos peso y medida, para continuar pensando hacia donde queremos que siga navegando. Nada fácil.
Y ahí, gracias a la reflexión colectiva y al gran trabajo sintetizador, y por supuesto, facilitador de Sergio, nos dimos cuenta de que a nivel de cuidados somos la caña, pero que tenemos mucho trabajo por hacer especialmente en dos cuestiones: seguir trabajando el feminismo andaluz y potenciarlo mucho más en nuestros textos; y dotarnos de una estructura formal que nos ayude a ser más eficientes. Aquí seguimos dándole vueltas al encaje de la estructura en el meollo de la precariedad que contábamos al principio. Contar con el apoyo del agente facilitador nos ha servido para poner nombre a lo que veníamos observando y no sabíamos enfocar.
Nuestra experiencia como grupo es muy positiva, así que animamos a cualquier colectivo que ande un poco perdido a que acuda a Facilitando y participe en una de estas dinámicas tan útiles.
0 comentarios