La serie española que ha terminado este año con su cuarta temporada y de la que se anuncia una secuela tiene dos grandes méritos: el de estar protagonizada casi exclusivamente por mujeres y el de romper con el estereotipo de mujer buena y agradable.
Vis a Vis, la serie sobre la cárcel de mujeres que nos ha sorprendido gratamente por la calidad de la trama y de los personajes, ha transmitido este año su último episodio en la temcporada 4, anunciando en los últimos instantes del mismo una secuela protagonizada por dos de sus actrices principales Maggie Civantos y Najwa Nimri.
Como ya se ha recordado en numerosas ocasiones Vis a Vis tiene mucho en común con la serie americana Orange is the New Black, ambientada también en una cárcel de mujeres y de la cual toma la idea de vestir las presas mono amarillo, una prenda que no se usa en las cárceles autóctonas pero que se ha convertido en todo un símbolo de la serie. En Vis a Vis la protagonista es Macarena Ferreiro (Maggie Civantos) que, al igual que Piper Chapman (Taylor Schilling), es una chica rubia con cara de buena que hace de caballo de Troya para introducirnos en este lugar poblado de mujeres delincuentes, esta vez 100% made in Spain.
El universo femenino allí presente es fascinante: tenemos a Saray ( Alba Flores) una gitana, lesbiana llena de rabia que duda entre complacer a su familia tradicional o seguir sus deseos, a Sole (Maria Isabel Díaz) una mujer cubana que después de una vida de maltrato hizo “de su marido una barbacoa” y que es capaz de transmitir cariño a todas las demás. Luego, tenemos a Tere (Marta Aledo) una yonki con mil recaídas que en los momentos difíciles demuestra que sabe ser la más humana y valiente y a Rizos (Berta Vázquez) que no sabe si la verdadera cárcel es la de dentro o la de fuera y se pasa la vida entre las dos. Y, ¿qué decir de Zulema (Najwa Nimri)? Ella es la enemiga por excelencia de todo el mundo que demuestra una inteligencia y perspicacia fuera de lo normal y es capaz de salir airosa de las situaciones más impensadas. Todos los personajes femeninos son ejemplares y nos enseñan algo con su historia, su presencia o su evolución.
Miramos Vis a Vis y la pequeña pantalla se llena de mujeres en mono amarillo. La presencia de tantas mujeres parece un detalle trivial pero no lo es, porque al día de hoy todavía está bien lejos de ser la norma. Y allí está el mérito principal de la serie: mostrar en la pantalla que las mujeres existimos y además somos de muchos tipos. Vis a vis nos recuerda los versos de Soy sobreviviente de la poeta Victoria Aldunate, una oda a la diversidad que nos recuerda que ser mujer es ser “india, wuacha y loca… pobre, pobladora, trabajadora…niña, joven, adolescente y vieja”, buena y mala, añadiremos, y en ocasiones muy malas.
Mala Mujer
La maldad y la violencia son características que difícilmente se asocian a lo femenino: el imperativo dominante para una mujer es “ser buena” y la diosa sabe la cantidad de energía que se nos va en ello. Por esto al ver en la pantalla mujeres que responden de manera tan violenta puede llegar hasta a chocar, pero nos parece un ejercicio interesante y necesario para que el miedo cambie de bando.
Las mujeres tenemos el miedo inscrito en el cuerpo, vivimos a diario acosos de todo tipo que nos llenan la existencia de sentimientos negativos y que en casos extremos nos cuestan hasta la vida. A menudo, la empatía que sentimos con ellas es muy intensa porque se les retrata como mujeres culpables del simple hecho de ser mujeres en una sociedad patriarcal, donde sus crímenes se originan de los abusos sufridos en un sinfín de situaciones, de la necesidad económicas que las obliga a salir adelante como sea, por la falta de justicia y protección y por el autodefensa que las mujeres tienen que ejercitar para salvarse la vida.
Más mujeres
Detrás de la cámara la cosa pinta peor: en Vis a Vis a lo largo de los 4 años de producción se han alternado tres creadores y una creadora, Esther Martínez Lobato.La serie ha sido dirigida por siete hombres y una mujer ( Siete directores y una directora), Sandra Gallego. Por otro lado, entre los guionistas han estado 12 hombres y tan solo cuatro mujeres: Esther Martínez Lobato, Adriana Rivas, Esther Morales y Lucía Carballal. Una vez más, la falta de mujeres que generen una perspectiva feminista detrás de las cámaras da lugar a las reivindicaciones de asociaciones como AMMA, Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales, o CIMA, la Asociación de Mujeres Cineastas, que en los premios Goyas de 2017 llevaban un abanico con las palabras “Más Mujeres”, al que también se suma el colectivo, recién estrenado en Málaga, Mujeres en VO.
Y si algo tienen claro todas ellas, es que afirman que el mundo audiovisual sigue siendo un ámbito masculinizado donde las mujeres trabajan con mucha dificultad a causa de la precariedad, la dificultad de conciliar y, como denuncia Laura Baena, que actúa en Vis a Vis y en Malaka, por la brecha salarial que hace que muchas actrices cobren menos que sus compañeros varones. La periodista Anna Flotats en este artículo nos recuerda que “CIMA denuncia que las películas dirigidas por hombres otorgan el protagonismo a personajes masculinos en un 80% de los casos y muestran a las mujeres como seres pasivos, que no tienen vida al margen de su relación con el varón y que no se comunican con otras mujeres’.
Por eso la presencia de las mujeres en Vis a Vis nos parece todavía más notable. Y además donde hay mujeres hay cosas que les afectan o que le importan a ellas y ya va siendo hora de que esto también sean temas de los que valga la pena hablar y enseñar en la tele con normalidad. Se tocan temas como la violencia de género, la maternidad, el parto y las adopciones, la regla y los tampones, la sexualidad, los abusos, la vejez, las expectativas con las que la sociedad nos oprime, los cuerpos, sueños, la enfermedad y las decepciones.
Pero además, esta serie también muestra cómo entre las mujeres que conviven no pueden faltar las alianzas, el cariño, el apoyo mutuo y la sororidad, junto con sus terribles contrarios, la traición, el odio y la venganza. Eso sí, no hay que olvidar lo más obvio: la serie nos abre una ventana a la vida de mujeres reclusas, una población que existe marginada y silenciada y de cuyas vidas sabemos demasiado poco.
Las protagonistas de Vis a vis son capaces en más de una ocasión de organizar un verdadero motín contra el heteropatriarcado aún estando entre rejas. O quizás, quien lo está es el/la que las mira, ya que más de una vez ellas dan ejemplos de una libertad que para nosotras está muy lejos de alcanzar a este lado de la pantalla.
Pero, ¿os imagináis a estas mujeres tan reales y espectaculares para la vida misma ocupando el consejo de administración de una gran empresa, en un parlamento o ellas misma dirigiendo la serie? Sin duda, eso sea lo que preferimos, pero hoy día tenemos que seguir imaginando, y quién sabe, quizás por algún lado hay que empezar
Estaba de acuerdo con esta serie feminista aunque fuera de puertas para afuera hasta que he visto el primer capítulo de la quinta temporada. Dónde la protagonista aunque ve como agreden a una mujer les dice que llamarán a sus contactos a ver si son buenos o malos. Esto me recuerda a los recibos del asesino cuando dicen era una wesona normal, educada