Este texto está en la sección La Corrala, el patio de vecinas de La Poderío donde cada una charlotea, cascarrilla y pone colorá lo que sea mientras le da el fresquito o el sol en la cara. Más agustito que te quedas, oú. Eso sí, La Poderío no se hace responsable de lo que opinan las autoras y autores, solo apoya la participación de las lectoras como espacio de libre expresión. Puedes enviar tus artículos a ole@lapoderio.com. Otra cosa, antes de hacernos las propuestas pedimos que leas nuestro ideario.
Una solitaria arbonaida se pasea amarrada a una mochila por Sol. Intentando hacerse un hueco entre la masa, entre las banderas alzadas de la república, comunistas, de sindicatos, de carteles caseros y de pancartas nuevas. Y eso es todo lo que se ve de Andalucía en las Movilizaciones feministas por Andalucía convocadas el 15E en Madrid.
Sobre lo que se oye, es sin duda un coro heterogéneo, diverso, pero entre todos resuena ese canto, que muchas tememos y nos resignamos a oír en cada una de las manifestaciones de esta ciudad: Madrid será la tumba del machismo. O del fascismo. Madrid siempre en el centro de todo. Hasta en una concentración de apoyo a Andalucía.
Todas conocemos, y respetamos, el sentido y la emoción tras el mensaje “Madrid será la tumba del fascismo”, que se remonta a la resistencia de la ciudad durante la Guerra Civil, al igual que el histórico “No pasarán”. La diferencia entre estos dos gritos de dignidad madrileña está en que el no pasarán sigue siendo inclusivo y fiero, pero el primero rechina en los oídos de las personas migrantes.
El propio Madrid se ha construido con los cuerpos de diásporas andaluzas, extremeñas, y por supuesto, manchegas. Se puede ver sobre todo en la periferia, como en su barrio-trofeo-rojo: Orcasitas, que existe gracias a los asentamientos en los años cincuenta de distintos pueblos sureños, expulsados de sus explotadas tierras y devorados por el ansia de mano de obra barata en la capital. Esto significa que también nosotras somos Madrid, pero no así.
Mientras el 8M lucha por quitarse de encima el centralismo celebrando cada encuentro estatal en provincias diferentes (el último en Asturias) aún hay resistencias subconscientes, heredadas, en los movimientos sociales de la capital.
#NiUnPasoAtrásEnIgualdad. #NoNegociamos si no hay interseccionalidad y respeto al trabajo que hacen las primas del sur contra el machismo, el fascismo, xenofobia y capitalismo.
Canalizar la resistencia hacia el panorama que acaba de estallarnos en la cara a las andaluzas es el desafío urgente, porque después de nosotras os tocará al resto de pueblos, pero estamos a tiempo de prepararnos. Juntas, en las calles gritando que no pasarán.
Sea por Andalucía libre, los pueblos y la humanidad.
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