Entrevista a Giselle García Hípola, Doctora en Ciencia Política.
Profesora en la Universidad de Granada
Andalucía ha sido tradicionalmente socialista y de izquierdas, pero desde ayer la derecha suma. ¿Qué ha podido ocurrir?
Observamos dos tendencias. Por un lado por, un hartazgo por parte de los andaluces que muestran, no desconfianza, sino un cansancio sistemático hacia las instituciones de la Junta, que ha estado gobernada durante 36 años por el mismo partido político. El hartazgo se traduce en buscar una alternativa al PSOE.
Por otro lado, cuando se le pregunta a la ciudadanía en diferentes sondeos o encuestas qué es la Junta de Andalucía, parece que es muy difícil separar lo que es la Junta de lo que es el propio PSOE. Hay un cierto grado de identificación del Partido Socialista con las instituciones bastante grande. En ese sentido, Ciudadanos y Vox, han conseguido proponerse como alternativa, aunque quizás tiene más sentido la alternativa que planteaba Ciudadanos al ser un partido liberal de corte fuertemente conservador.
Tanto su campaña, como todas las estrategias de comunicación que han desarrollado durante la misma, ha girado en torno a plantearse como la alternativa real al PSOE. Y esto es algo que no ha conseguido el Partido Popular porque no posee una estructura tradicional en Andalucía, justamente por la ideología conservadora de la propia formación política. Ciudadanos, al ser un partido nuevo, sí ha conseguido trasladar a los andaluces esa imagen de alternativa. Aquí se ha percibido como algo nuevo, sin la carga ideológica que tiene el PP. De ahí los malos resultados que han vuelto a obtener en estas elecciones, y sin perder de vista que tanto PP como PSOE han obtenido sus peores resultados electorales en estos comicios.
¿Qué ha ocurrido para que Ciudadanos y Vox irrumpan de esa manera en el panorama político andaluz?
Dentro del comportamiento electoral, que irrumpa Vox se explica con las Teorías del Primer y el Segundo Orden. Es la primera vez que vota una región de España después del procés en Cataluña y Vox ha hecho una campaña muy centrada en el nacionalismo. De hecho, ellos hablan en su programa electoral fundamentalmente de acabar con el estado de las autonomías.
Han conseguido canalizar o apoderarse del voto del descontento, no solo hacia la Junta, sino hacia la gestión de la política territorial que se está haciendo en el Estado. Al mismo tiempo, la estrategia de comunicación que lleva a cabo el PSOE incluyéndoles en la campaña, con Susana Díaz hablando de Vox continuamente, es la mejor campaña que le ha hecho nadie. Le ha metido en la palestra. No tenían representación, pero la han hecho viable y han hecho que fuese posible un gobierno en el que estuviese Vox. Vox goza también del voto culto.
Los fascistas, y lo estamos viendo en toda Europa, han estado muy acomplejados por serlo durante mucho tiempo. Ahora no se acomplejan de ser fascistas, de ser xenófobos; es más, sacan pecho. Todos los fascistas, todos los machistas que viven dentro de cada individuo y de cada andaluz, han visto que a lo mejor no es tan malo ser fascista ni machista. Cuando hablan del auge de la derecha en Europa o, en este caso del auge de Vox en Andalucía, no significa que tengamos más fascistas. Es que tenemos fascistas diciendo que lo son Antes estaban callados en su casa y ahora salen y se presentan a las elecciones, pero realmente no podemos hablar de un auge, sino de una manifestación de lo que siempre ha estado oculto por vergüenza. Ahora lo dicen y se vanaglorian de serlo. Esto fragmenta la cámara y el Parlamento Andaluz, de forma que la gobernabilidad va a ser complicada.
La derecha parece que suma más, pero la campaña y las estrategias de comunicación política que han llevado a cabo los partidos no han girado en claves ideológicas. El discurso se ha construido en torno a favor o en contra de las políticas continuistas y ahí es donde se ha orientado la gente; en ese sentido los andaluces han manifestado de forma muy clara que no querían una continuidad de la presidencia o que la presidencia la siguiese ostentando el partido socialista.
Y aquí tenemos otro tipo de conducta electoral, hay múltiples efectos. Si analizamos los datos por provincia, por barrio, incluso por colegios electorales, nos damos cuenta de lo siguiente: esos cinco puntos de participación, que siempre afectan de manera mayoritaria a las formaciones progresistas, esa participación es más acusada en las provincias que tradicionalmente son socialistas, como Jaén y Sevilla.
Además, vemos que son circunscripciones o zonas electorales en las que ganó Pedro Sánchez. Por tanto, el propio votante socialista que avaló en las elecciones primarias a Pedro Sánchez y que se sentía castigado por la institución o por la formación política del PSOE en Andalucía, ha castigado a la candidata andaluza ahora. Por tanto, esa participación que desciende es fundamentalmente socialista. Son ellos los que se han quedado en su casa por castigar a Susana Díaz, no al PSOE.
Todos los fascistas, todos los machistas que viven dentro de cada individuo y de cada andaluz, han visto que a lo mejor no es tan malo ser fascista ni machista. Cuando hablan del auge de la derecha en Europa o, en este caso del auge de Vox en Andalucía, no significa que tengamos más fascistas. Es que tenemos fascistas diciendo que lo son
¿Se ha podido prever de alguna forma que una organización como Vox iba a llegar tan lejos?
Las encuestas son fotos fijas de una realidad en un momento muy determinado. Es muy difícil extrapolarlas, sobre todo cuando la recogida de datos se hace antes del inicio de la propia campaña electoral. El tiempo de publicación de los sondeos está limitado, ya que se entiende que pueden tener efectos de movilización o desmovilización en torno al electorado. Parece que todas las encuestas que se hacen antes o en la primera semana de la campaña le daban hasta 4 diputados a Vox, el CIS le da uno, el resto de estudios de opinión le daban, en los mejores de los casos, hasta 4 diputados. De alguna manera, la campaña se la han hecho los demás.
Un partido que no tiene representación, que casi no tiene dinero para poder gastar en campaña (porque la ley en este caso preve cuál es el gasto que se puede tener para una campaña electoral en función de la representación que uno tiene y ya sabemos que Vox no tenía representación). Ha contado con una campaña muy austera, sin casi medios para hacer nada. No le ha hecho falta estar en el debate a cuatro que se hizo primero en RTVA y luego en RTVE, porque el resto de candidatos se encargaron de meter a Vox. Esto lo explica la teoría de la espiral del silencio y lo que se le ha hecho tradicionalmente a IU: no identificarla como adversario político. En cuanto al resto de adversarios le identifican como un actor político, le estás dando protagonismo y, por lo tanto, le estás metiendo en la escena política. Eso ha hecho que los andaluces hayan percibido a Vox como una formación que tenía algo que decir.
Y como digo, el tipo de discurso que ha mantenido ha sido muy centralista, muy nacionalista y muy fascista, xenófobo, contra leyes LGTBI, yendo contra el estado de las autonomías. Se ha ido a lugares muy comunes, en el sentido ideológico, con el que mucha gente está de acuerdo. ¿Por qué en El Ejido gana Vox? ¿Por qué en provincias fuertemente conservadoras, como Granada Vox y ¿? la derecha en este caso en términos ideológicos tiene tan buenos resultados? Porque no han hablado de políticas concretas.
O esta formación matiza su discurso o realmente tenderá a desaparecer, porque si quieres destruir el estado de las autonomías y no entiendes que los parlamentos autonómicos sirvan para nada, ¿cuál va a ser tu política en un parlamento regional?
¿Entonces?
Sí que podíamos haber previsto la tendencia. Está claro que en las encuestas se ha mostrado de forma mucho más clara la tendencia de Ciudadanos a tener una representación más amplia que la obtenida en los comicios de 2015. La de Vox tendríamos que estudiarla en términos de campaña y en sus efectos. La encuesta de GAD3 para ABC, que se publica el domingo de la jornada electoral a las 20h, es la última realizada y ya le daba 10 escaños. Si analizamos y hacemos un trekking por todas las encuestas, vemos claramente la progresión. La gente cada vez se identifica más y los ve como actores políticos que pueden tener algo que decir, de forma que se ha ido animando hasta llegarlos a votar en el último momento.
Incluso sin saber muy bien cuál es su programa: lo votan más bien por lo que le han dicho. Llama poderosamente la atención que la primera vez que la ultraderecha entra en las instituciones sea en Andalucía, teniendo en cuenta el tipo de historia y política que tenemos. Todas las entrevistas en profundidad que se están haciendo, todas las encuestas en las que preguntan qué ha pasado, no hay una respuesta clara por parte de los votantes, porque era el voto antisusana. Susana se encargó de identificar como primer adversario a VOX, que era el que estaba fuera del panorama político, un error de primer orden.
¿Quién vota a Vox en Andalucia?
Se están haciendo estudios para valorar quiénes son esos andaluces. Fundamentalmente una clase media cansada de la instituciones andaluzas y del «Susanato», que quieren sanear los 36 años de gobierno, sin mucha cultura partidista ni mucha cultura política, que es capaz de votar a una formación política o a otra. Esto nos indica que quizás la aparición de Vox es muy coyuntural y contextual. ¿Cuál es la fortaleza de un votante? El PSOE, por ejemplo, tiene unos votantes muy cohesionados; es un tipo de voto al que le va a costar muchas elecciones y muchos procesos electorales dejar de dirigirse al PSOE. , aunque tenga períodos de quedarse en casa.
Lo que nos indica la conducta electoral de Vox es que ha sabido coger el momento indicado con los procesos políticos en el Estado Español, indicados para entrar en el panorama institucional, porque en el político ya estaba entrando. El perfil del votante de Vox es muy coyuntural: cuando hablas con alguien que ha votado a Vox sobre su intención de destruir el estado de las autonomías y conseguir un uno fuertemente centralizado, ves cómo esto ya no le parece tan bien. O esta formación matiza su discurso o realmente tenderá a desaparecer, porque si quieres destruir el estado de las autonomías y no entiendes que los parlamentos autonómicos sirvan para nada, ¿cuál va a ser tu política en un parlamento regional? Es un contrasentido. El problema es que una formación política como esta pueda tener la llave de gobierno.
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