Las mujeres somos radiantes
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Laura Rueda

23 noviembre 2018

Son las 20.45 de un lunes de noviembre. Estamos en Onda Color, que se encuentra en el barrio de Palma Palmilla. A esta hora suele ser habitual que reine la algarabía en esta emisora comunitaria de Málaga porque de 21.00 a 22.00 horas se realiza en directo el programa Radio Lagunillas. Este lunes no es como los demás, desde hace unos meses su equipo habitual deja su espacio a una plantilla conformada por mujeres.  

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“Radio Lagunillas es un programa de radio que nace para plantarle cara a la gentrificación, un problema que sufren las ciudades que proponen un modelo de negocio neoliberal basado en el turismo, como es el caso de Málaga. Lagunillas, uno de los más afectados por la gentrificación, debido a su cercanía con la almendra histórica, fue uno de los primeros barrios que empezó a plantarle cara al problema. En este contexto, vimos la necesidad de crear un medio de comunicación cercano, para darle voz a las vecinas del barrio y a los movimientos sociales que las defienden”. Nos lo cuenta Vart, ideólogo del proyecto, guionista y encargado de la parte más técnica del programa. También forman parte de este espacio el músico malagueño Pablo Fugitivo, presentador y Ventura, vecino de Lagunillas, locutor y encargado de la parte social.

 

Otra de sus componentes, Ana Arjona, locutora y productora del programa, es la que, después de unos meses de rodaje, sintió la necesidad de incorporar a la plantilla a más mujeres, además de ella misma. “Considero que es bastante importante la representación de mujeres en espacios como la radio, que es capaz de llegar a tantos sitios. Pero todo surgió porque, aunque mis compañeros son maravillosos y me cuidan mucho, me vi como falta de ese recogimiento que nos hacemos nosotras. Lo vi totalmente necesario, también como una reivindicación que viene a decir, ¡hey, estamos aquí!”. Dicho y hecho, a finales de julio nos incorporábamos a la plantilla Yendéh R. Martínez, Viki Hidalgo, y yo misma, Laura Rueda Curra.

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Este nuevo espacio tiene lugar un lunes de cada mes en Onda Color, respetando las secciones habituales del programa (noticias, Fail BnB y cultura), pero centrándose solo en protagonistas femeninas. “Se trata de un programa de mujeres con mirada feminista, que ofrece contenidos donde las mujeres no son periferia, sino centro; donde lo pequeño, lo cotidiano, lo invisible, toma el valor que merece. Un programa que da voz a las otras, a las subalternas; un programa cargado de sátira, lleno de cuidados y sororidad”, nos cuenta Viki Hidalgo.

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Muchos de los contenidos que se tratan en el espacio de mujeres de Radio Lagunillas no suelen estar en las las agendas de los medios de comunicación generalistas. “Son temas que nos remueven, que generan malestar, que están íntimamente ligados a las necesidades de las vecinas y a la resitencia frente a las lógicas patriarcales y capitalistas, que nos quieren robar las ganas de ser. Cualquier tema de actualidad puede ser mirado desde el morado, aplicamos la transversalidad”, nos explica Viki Hidalgo.  

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Algunos de los contenidos que se trataron en este último programa fueron la celebración de la segunda edición del festival feminista FemFest; la entrega del premio de periodismo social Alberto Almansa a la periodista de La Poderío, Ruth de Frutos por el artículo Málaga no se vende, se alquila al mejor postor; o la existencia de un club de lectura feminista en Onda Color llamado Lenguas de Mariposa. Rafi Virella, Auxiliadora Pacheco y Montse Clos, participantes de este espacio, nos contaron que ese mismo fin de semana se celebraba en Madrid el Primer Encuentro de Mujeres Radiantes.

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Bajo el lema “Mujer, radio y comunicación comunitaria” se celebró el I Encuentro Estatal de Mujeres Radiantes. Tuvo lugar los días 16 y 17 de noviembre en Carabanchel, en el Espacio de Igualdad de “María de Maeztu” y estuvo organizado por compañeras de Onda Merlí. Las mujeres radialistas que asistieron tuvieron la posibilidad de ver en primera persona el trabajo de compañeras de otros medios, hacer sinergias y ponerse por fin cara las unas a las otras. Además, se seleccionaron 10 programas radiofónicos para realizarse durante el encuentro. De estos, 3 eran andaluces: El Rellano (Onda Color, Málaga), Radiópolis y Reporteras de Buen Rollo, de Sevilla.  

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“Hemos tenido la oportunidad de debatir sobre el rol de la mujer en las radios comunitarias, sobre ese espacio de liberación que representa la radio comunitaria para muchas mujeres, que estuvieron relegadas durante muchos años a tareas de cuidados y del hogar. Han sido tres generaciones y un espacio heterogéneo y variopinto donde se debatió sobre cine, derechos, patriarcado, cultura, poesía, teatro, humor, exclusión social e identidades”, recuerda Amal Tarbift, miembro de la vocalía feminista de Onda Color, que se ha creado recientemente, después de 10 años de andadura de la emisora comunitaria malagueña

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Uno de los rincones más especiales de este encuentro fue el pequeño set de radio improvisado en la parte de arriba, donde las mujeres radiantes podían entrevistarse entre ellas. “Onda Color subió para explicar de qué forma se está implementando el feminismo en la radio y qué herramientas estamos trabajando ahora. Hubo momentos de catarsis porque es muy bonito cuando te reconoces entre iguales y ves que estás trabajando por algo en lo que crees y que no estás sola. Es emocionante cuando alguien pone en valor algo que estáis haciendo tú y tus compañeras. Agradecimos mucho ese pequeño set de radio”, reconoce Rocío Santos Gil, Vocal de Feminismo de Onda Color.

El miedo o el nerviosismo a hablar en público es algo que nos ha perseguido, y sigue haciéndolo, como mujeres a lo largo de la historia, quizá por encontrarnos normalmente en espacios no seguros donde recibimos mansplaining constantemente o, directamente, por ser silenciadas. Por eso queríamos saber por qué son tan necesarios estos cuartos propios radiofónicos. Muchas de las mujeres que conforman este tejido feminista en las ondas compartieron con nosotras su opinión.

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“Es muy importante la existencia de este tipo de espacios por varias razones. Porque es un espacio de encuentro, desde donde se debaten temas que normalmente no se hacen en el espacio privado y del hogar. Porque nos hermanamos y luchamos por posicionar nuestros propios relatos, pues no están representados en los medios tradicionales. Porque es necesario rescatar la memoria de nuestras hermanas y compañeras mayores, pozos de sabiduría y luchas por conquistar los derechos y espacios públicos. Y porque tomar las ondas, te empodera, te hace escucharte y tener el valor y poder de enfrentarte a los miedos compartiendo todas esas luchas que en todas las partes del mundo se están llevando”, son palabras de Amal Tarbift.

“Porque los medios comunitarios somos los hermanos pequeños de los medios de comunicación y muchas veces nos sentimos solas como medios y como feministas que trabajamos por cambiar la forma de construir medios de comunicación, contenidos y las relaciones de las personas que están dentro de él;  porque cuesta mucho trabajo hacer ver que el machismo y el sistema patriarcal también atraviesa a los medios comunitarios. No sería cierto ni justo decir que los medios comunitarios por tener compañeros que tienen un objetivo de transformación social no caen en la reproducción inconsciente de prácticas machistas. Cuando se generan espacios de encuentro de este tipo no nos sentimos solas porque existe una red de mujeres en comunicación comunitaria que no está trabajada, pero podemos empezar a hacerlo y poner en común herramientas y funcionamientos. Tener nuestras habitaciones propias a nivel radiofónico. Es un espacio de conocimiento y reconocimiento”, nos contaba de nuevo Rocío Santos Gil.

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“Hacen falta espacios de mujeres feministas porque es la única manera de construir una sociedad que le conceda la categoría de ser humano a quienes históricamente hemos estado oprimidas. Son espacios que tienen en cuenta las dificultades que tenemos que superar las mujeres para llegar al mismo lugar y practicando la discriminación positiva (aka justicia social). Un medio que nos permite alzar la voz y usar una oralidad en la que no se nos ha socializado porque nosotras, ‘calladitas estamos más guapas’”, nos explica Viki Hidalgo.

“Para hacer piña las unas con las otras, ponernos cara y darnos a conocer. Y, sobre todo, para romper una brecha, la digital, que aún está muy presente. Hay falta de mujeres en la parte técnica, de mujeres al control de los cacharritos, como digo yo. Hace falta que las mujeres nos empoderemos y digamos, soy capaz y estoy aquí”, nos cuenta Ana Arjona.

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Aunque el feminismo haya tardado casi diez años en tener una vocalía en Onda Color, ahora mismo se están implementando herramientas muy interesantes, como este grupo de mujeres que trabaja exclusivamente el tema del feminismo. O las escuchadoras, que son mujeres que hacen una análisis de los distintos espacios que hay, para ver donde se pueden estar reproduciendo lógicas machistas. El club de lectura feminista no mixto Lenguas de Mariposa también está sirviendo para vincular un espacio propio de mujeres con el barrio.

Poco a poco, en medios comunitarios como Onda Color, las mujeres están tomando las ondas de una manera politizada y conscientes de que los contenidos que tenemos que tratar urgentemente son los que nos afectan por ser mujeres y feministas. Radio Lagunillas seguirá emitiendo los lunes de 21.00 a 22.00 horas en Onda Color y, por supuesto, una vez al mes, serán mujeres las que cojan el micro para contar historias de vida desde una perspectiva feminista.

Tal vez, como dijeron las compañeras de Sangre Fucsia en Carabanchel, la clave del éxito de continuar con la radio y de seguir creando espacios seguros, que tengan en cuenta nuestras historias, esté en el compromiso y en la constancia. Compromiso y constancia con nosotras mismas, con nuestras ancestras y con nuestras compañeras. A pesar de que los muros están en todas partes, incluyendo a los supuestos aliados feministas. Tengamos siempre este compromiso y esa constancia con nosotras mismas como mantra.

 

Laura Rueda

Laura Rueda

Creo en la comunicación que reivindica otras realidades, y en la cultura como herramienta de transformación del alma y de la sociedad. Nunca me etiquetes ni me digas que no puedo hacer algo, soy una entusiasta con la energía y cabezonería suficientes para demostrar que mi manada y yo siempre podemos.

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